La mitad de los alumnos de Educación Secundaria Obligatoria (ESO) salen de la escuela siendo analfabetos funcionales, es decir, son incapaces de entender un anuncio de trabajo, un cartel informativo o realizar correctamente un cálculo matemático simple. Estos son tan sólo algunos de los datos que aporta el último Anuari de l´educació de les Illes Balears de la Fundació Guillem Cifre de Colonya, que se presentó ayer en la Cámara de Comercio y en el que, una vez más, queda reflejado con cifras que el abandono escolar es uno de los mayores problemas educativos actuales, con un 40 por ciento de deserciones en secundaria.

Juan Jiménez Castillo, autor del capítulo sobre alfabetización y de una tesis doctoral sobre esta misma cuestión, explicó ayer a este diario que el porcentaje de analfabetos funcionales roza el 50% del alumnado del último curso de la etapa obligatoria, independientemente de que esos estudiantes consigan aprobar o no el curso. Entre otras cosas, uno de estos estudiantes considerados analfabetos funcionales no es capaz de rellenar un impreso oficial o comprender lo que se le dice en una pantalla de información del aeropuerto.

Más de 700 pruebas

Jiménez obtuvo estos datos tras realizar una encuesta, con pruebas de comprensión y cálculo a 704 alumnos de cuarto de ESO de 42 centros públicos y privados de Balears.

Entre sus conclusiones, Jiménez Castillo, doctor en Educación, destaca que un 48,5 por ciento de alumnos que dejan el sistema educativo obligatorio no dispone de competencias matemáticas mínimas y que un 50% de estos jóvenes sale de la escuela sin poseer un nivel de comprensión lingüística que les permita localizar información directa o realizar deducciones a partir de un escrito.

También establece un perfil más o menos aproximado del analfabeto funcional. Principalmente corresponde a un alumno de 17 años o más, nacido fuera de las islas, escolarizado en centro urbano y público, de sexo masculino, lengua materna castellana y de padres con estudios no universitarios.

La educación, en cifras

La realidad escolar que refleja el anuario de 2007, dirigido por el catedrático Martí March, no dista mucho de la de anteriores ediciones: la población escolar aumenta cada año; las escuelas de Mallorca acogen124 nacionalidades diferentes y la llegada de inmigrantes no cesa; además, los mecanismos de la conselleria de Educación para integrar a los nuevos alumnos resultan insuficientes. De los alumnos procedentes de fuera de las islas, un 10 por ciento es de la península y el 90 por ciento de otros países.

Pero el dato que coloca a Balears por delante del resto de comunidades es el porcentaje de jóvenes que abandonan los estudios. Según los últimos datos, correspondientes al curso 2004-2005, un 38,2 por ciento no acaba la ESO, a pesar de ser obligatoria, y un 70 por ciento no finaliza Bachillerato, etapa postobligatoria.

En cuanto al tiempo medio que permanece un alumno de seis años dentro del sistema escolar, en Balears es de 11,6 años, mientras que la media estatal es de 12,7.