Temperaturas entre dos y seis grados más elevadas de lo normal y un nivel del mar entre veinticinco y ochenta centímetros por encima del actual. Este es el panorama apocalíptico que nos dibujan los científicos para este siglo recién iniciado si persiste la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera que provocan el calentamiento global de la atmósfera.

"Cinco de los seis años que llevamos del siglo XXI han sido más cálidos que el peor escenario que contemplaba el último estudio de la ONU sobre cambio climático publicado en 2001", advierte Carlos Duarte, investigador del Imedea que ha participado como revisor en el último estudio de Naciones Unidas cuyo adelanto del informe científico se hará público el próximo día 2 de febrero.

Este estudio, llamado Panel Intergubernamental de Cambio Climático, es desarrollado por la ONU y la Organización Mundial de Meteorología cada seis años y está considerado por la comunidad internacional como el "más riguroso", ya que recoge las opiniones de 2.500 científicos de 130 países.

Resultados palmarios

Para Carlos Duarte, "los resultados son palmarios. Está bien comprobado -y existe unanimidad en la comunidad científica- que las emisiones de CO2 están provocando un cambio del clima. No se puede atribuir el aumento de la temperatura global en los últimos 150 años a la actividad solar".

Pese a que el informe que se hará público a principios de febrero está embargado, Duarte extrapola algunos datos del estudio anterior que pueden aplicarse a Balears y siempre partiendo de la premisa que "los datos están superando las previsiones más pesimistas".

Y este escenario que podría montarse en Balears no es de los más halagüeños. Así, en 2006, los niveles de CO2 estaban a la altura de la previsión más pesimista para el año 2012. Y en el transcurso del siglo XXI las temperaturas aumentarán entre 2 y 6 grados. El nivel del mar, si continúa el progresivo deshielo de los casquetes polares, podría subir durante este siglo entre 25 y 80 centímetros, aunque el primero es el valor más declarado.

"Balears se situaría en estos promedios pronosticados para el conjunto del país, aunque no se vería tan afectada por las sequías que sí afectarán más en determinadas zonas de la península ibérica. Pero lo que también es evidente, al tratarse de un archipiélago cuyo ecosistema es más frágil, es que será una zona donde los cambios serán más notorios por depender su economía tan fuertemente de factores como el medio ambiente y el clima", advierte el científico.

El turismo de centroeuropa e Inglaterra, tan asiduo al archipiélago en busca de un clima cálido, sol y playas, podría retraerse y desechar un destino turístico veraniego con temperaturas sofocantes. En cambio, estos turistas foráneos podrían optar como alternativa por quedarse en sus países de origen o, en el mejor de los casos, cambiar sus periodos vacacionales a otras estaciones del año como la primavera o el otoño. En cualquier caso, el sector turístico balear debe estar preparado para afrontar los cambios que un aumento de las temperaturas globales puedan provocar en los usos y costumbres de los visitantes.