Balears recibe anualmente unas 15.000 aves acuáticas (las más proclives a transmitir la enfermedad), que acuden al archipiélago para hibernar. Desde el GOB, Antoni Muñoz explicó que se calcula que a mediados de noviembre habrán llegado todas las que pasarán el invierno en las islas, aunque si en latitudes más al norte se registran olas de frío podrían presentarse algunas más. Entre las aves acuáticas que acuden a las islas para pasar el invierno destacan el pato cuchara, el ánade real, la cerceta común y el correlimos común, que proceden de países de europa central y occidental, como Francia, Alemania, Holanda y el Reino Unido.

Por otro lado, la organización ornitológica BirdLife comunicó ayer que no existe "ninguna prueba fehaciente" de que las aves migratorias hayan traído la enfermedad desde Extremo Oriente, donde el virus lleva circulando "dos años" sin salir de la región. "Esta aproximación siberiana a Europa se parece más a las rutas habituales de transporte por carretera a través de Asia central que a una migración natural sin que ésta se pueda descartar", agregó.