Fuentes de la conselleria de Agricultura reconocieron ayer que será difícil controlar el respeto a la prohibición de criar aves al aire libre en los municipios de Pollença, Alcúdia, Muro, sa Pobla y Santa Margalida, limitación que fue decretada al tiempo que se declaró la Albufera zona de riesgo por la gripe aviar.

Responsables del Govern reconocieron que en las islas son muy numerosas las personas que crían en pequeños corrales cantidades reducidas de aves de granja para consumo propio y señalaron que el objetivo principal es "concienciar" a este colectivo y apelar a su sentido común para garantizar el cumplimiento de las restricciones. Evitaron, por tanto, referirse a cualquier tipo de medida coactiva.

Esta práctica de la cría para consumo propio preocupa a las patronales agrarias y ayer mismo el presidente de Unió de Pagesos, Biel Torrens, hizo un llamamiento a la "responsabilidad", sobre todo, teniendo en cuenta el escaso esfuerzo que debe suponer crear un recinto cerrado para albergar a una mínima cantidad de gallinas.

Socías critica el alarmismo

Por su parte, el delegado del Gobierno, Ramon Socías, se mostró partidario de la "precaución" y "prevención", pero no del "alarmismo". Restó así importancia a las recomendaciones formuladas por la Autoridad de Seguridad Alimentaria Europea (EFSA) de no consumir huevos ni carne cruda para reducir el riesgo de contraer la gripe aviar. Abogó por seguir las directrices europeas para evitar una pandemia y se declaró contrario a manifestaciones individuales que acrecenten la confusión. "No hay que demonizar el consumo de pollo", recalcó.