Un sector especialmente afectado por el cambio climático es el del transporte. Ya en 2001 la aviación representaba el 3,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero y dentro de unas décadas, al ritmo de crecimiento actual, puede llegar al 11%. El estudio del ministerio de Medio Ambiente pone de relieve la conveniencia de fomentar el uso del tren y el autobús y de disminuir la utilización del avión, para precisamente hacer más sostenible la cuenta ambiental que exige el protocolo de Kioto, firmado por España.

A modo de ejemplo, el estudio presenta estimaciones realizadas por la Oficina Federal de Medio Ambiente UBA sobre consumo de energía y desplazamientos aéreos. Un viaje a Alemania con estancias de quince días en Balears supone un consumo de 317 megajulios (MJ); a Canarias, de 732; a Río de Janeiro, de 2.101; y a México, de 2.096. Un MJ equivale a 28 kilovatios/hora.

"Es fácil observar que los destinos lejanos se verían seriamente perjudicados por cualquier restricción legal. En el caso español, las zonas turísticas en las que se prácticamente se hace imprescindible el avión -Balears y Canarias- se verían relativamente perjudicadas con respecto al resto de España sobre todo si se tiene en cuenta que sólo es sostenible un consumo de energía por día inferior a 200 MJ", recoge el estudio.