Desde UGT se pone de relieve que la importancia de la sentencia emitida en Palma no radica sólo en el análisis que se hace del comportamiento de la dirección del hotel, sino también en las referencias que se realizan respecto al comportamiento del resto de los trabajadores.

Así, la sentencia considera hechos probados que lo sucedido generó en la víctima "un estado de intensa angustia, con sentimientos de impotencia y de frustración provocándole baja autoestima y gran desesperanza al no haberse sentido ni apoyada ni protegida en el entorno laboral después del tiempo que llevaba allí prestando sus servicios".

Pese a ello, durante el juicio hubo dos trabajadores que respaldaron la denuncia de la víctima, al testificar que el comportamiento del acosador se había producido previamente con otras mujeres, aunque no lo hubiesen denunciado, y que habían sido testigos de algunos gestos y frases obscenas dirigidas por el jefe de cocina a la denunciante.