El PP perdió el gobierno del Consell de Mallorca en 1995, cuando un Govern de Gabriel Cañellas sin discusión posible tuvo que convivir con una institución insular en manos del entonces incipiente Pacto de Progreso. Ni en 1999 ni en 2003 lograron recuperar los populares la mayoría absoluta. A dos meses de las elecciones, el sondeo de Grup Marest para DIARIO de MALLORCA incluye la novedad de que los conservadores se alejan todavía más del control del gobierno de Mallorca.

Los 16 consellers actuales del PP se reducen a 15, dos por debajo de la mayoría absoluta. Aunque la mecánica electoral no puede interpretarse en términos de trasvases, la mejoría del PSOE -de nueve a diez escaños- coincide con el descenso de los populares, y no sólo en términos absolutos. El partido nuclear de la derecha pierde tres puntos porcentuales, de 45 a 42.1. Esta cifra es idéntica a las ganancias correlativas de los socialistas, que suben del 26.4 al 29.4.

El juego de peones entre los partidos mayoritarios -PP y PSOE acumulan el 72 por ciento de los sufragios insulares- se complementa con los resultados calcados de las formaciones minoritarias, hasta el límite con la sospecha de una premeditación colectiva. Las dos décimas de oscilación positiva de UM, de 9.2 a 9.4, resultan insignificantes.

La clonación de los resultados se produce también en el Bloc. Hace cuatro años, PSM y EU-Verds sumaron por separado un 14.5 por ciento de los sufragios. La encuesta adjudica ahora a su unión un 14.8, con lo cual cicatrizan la herida que había propiciado la sangría de los nacionalistas de izquierda.

El intercambio de un diputado iguala al PP con la suma de PSOE más Bloc -que superan en porcentaje a los populares-, otra situación sin precedentes en la Mallorca reciente. En el mapa resultante del sondeo, el arbitraje recae en las manos de UM, con sus habituales tres consellers. Debería elegir entre la reedición de la alianza actual con los conservadores y el retorno a las coordenadas del Pacto de Progreso.

El multilateralismo de la política balear introducirá el resultado del Consell en la ruleta del Govern y de los principales ayuntamientos mallorquines. Si se incluye a UM entre las fuerzas conservadoras, la derecha reúne más de la mitad de los apoyos. Aun así, el PP experimentaría en Mallorca su mayor retroceso a lo largo de la última década, desde unos porcentajes estabilizados en torno al 45 por ciento.

A la hora de determinar el vencedor relativo de las elecciones en Mallorca, los encuestados no se llaman a engaño. Tres de cada cinco de ellos señalan al PP, y apenas uno de cada tres votantes del PSOE considera que su partido tiene alguna opción de superar en consellers a la derecha. En cambio, a la hora de elegir el formato del Govern, quienes desean una alianza en la que figuren los socialistas superan levemente a quienes no imaginan opciones sin el PP.

El mantenimiento de las expectativas del Bloc se hace especialmente meritorio, si se tiene en cuenta que su cabeza de lista autonómica Gabriel Barceló es un personaje anónimo para la mitad de los sondeados. Sólo un tercio de ellos se atreven a aportarle su valoración. Recibe un 4.4, en la órbita de los restantes candidatos. Dos de cada tres mallorquines ni siquiera conocían la existencia de la alianza de las fuerzas a la izquierda del PSOE.

Respecto a la gestión del Govern y al trato que el Gobierno de Zapatero dispensa a Mallorca, ambos ejecutivos encajan mayoritariamente en la casilla de "regular".