Los hoteleros de Mallorca reiteran que rechazan la vía de la imposición de las camas elevables

 Los empresarios alegan que están en el proceso de su implantación, de acuerdo a los plazos de la ley Negueruela, y piden que se siga habiendo fondos públicos “suficientes” para financiarlas

Reivindican que todavía está pendiente la jubilación anticipada de las camareras de piso y el reconocimiento de sus enfermedades profesionales

Una camarera de pisos del Hipotels Playa de Palma Palace muestra el funcionamiento de una cama elevable

Una camarera de pisos del Hipotels Playa de Palma Palace muestra el funcionamiento de una cama elevable / Bernardo Arzayus

Myriam B. Moneo

Myriam B. Moneo

Los hoteleros de Mallorca salen este viernes al paso ante el revuelo entre las camareras de piso, que incluso amenazan con movilizarse, ante su rechazo a que la implantación de las camas elevables sea obligatoria, como marca la ley turística en vigor aprobada por el Govern de Francina Armengol. Alegan que están en el proceso de sustituir las camas, de acuerdo a los plazos que marca la norma, y muestran su preocupación por la salud de los trabajadores, y también reiteran que “como empresarios” rechazan la vía de la imposición.

Fue tras la reunión de los consellers de Turismo con las patronales hoteleras, el martes, cuando los empresarios manifestaron que consideran que la sustitución de las camas en los hoteles por modelos elevables no se tiene que “imponer”. Las camareras de piso reaccionaron el jueves reclamando que si no se mantiene la medida se van a movilizar. “No se debe tocar ese punto” en la nueva norma que va a aprobar el Govern de Marga Prohens, aseguró Sara del Mar García, presidenta de Kellys Unión Baleares. Advierte que “si no se cumple la ley, que para eso se aprobó, haremos movilizaciones".

Desde la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) se ha recordado que existe una ley que marca los plazos para la implantación de camas elevables y “los hoteles están en el proceso”. Externan también su preocupación por “la salud de todos nuestros trabajadores” y la reducción de la siniestralidad laboral.

También insisten en que “para implantar estos soportes precisamos que continúe habiendo fondos suficientes durante todo el tiempo que esté vigente la medida”. Hay que recordar que la sustitución de las camas en los hoteles de Baleares se está financiando con fondos públicos. Ahora bien, apelan a que “como empresarios abogamos por la vía del acompañamiento e incentivos”, lo que prefieren a “la imposición, porque resulta más eficaz”. “La cooperación, el análisis, la evaluación y la medición son los criterios para implantar medidas consensuadas y valorar su eficacia”, agregan.

Pendiente la jubilación anticipada

Además, la Federación Hotelera sale a defender al colectivo de kellys, reivindicando que todavía “continúa pendiente el compromiso” para reconocer sus enfermedades profesionales “y, sobre todo” la jubilación anticipada de las camareras de piso, dos de las demandas principales de las trabajadoras. Insisten los hoteleros en que “comparten” esta reclamación y “que todavía está sobre la mesa, enmarcada en la línea de trabajo, iniciada desde antes de la pandemia, juntamente con el Govern balear, el Gobierno canario, empresarios y sindicatos en un encuentro celebrado en Mallorca para reivindicar estas cuestiones comunes ante el Gobierno de España”.

Por otro lado, los hoteleros, destacan sus aportaciones “rigurosas” y su trabajo en la mesa técnica del IBASSAL para desarrollar una metodología que pueda aplicarse en materia de evaluación de cargas de trabajo, recogida en el vigente convenio colectivo de hostelería de Baleares.

Fue el martes cuando las camas elevables volvieron a ser actualidad, cuando se le interpeló al respecto al conseller de Turismo, Cultura y Deporte, Jaume Bauzà, y a los líderes de las patronales hoteleras. Si bien Bauzà dejó en el aire si la sustitución de las camas dejará de ser obligatoria, apelando a que se escuchara el sector, este se pronunció. En la misma comparecencia ante los medios la presidenta de la Agrupación de Cadenas Hoteleras de Baleares, Carolina Quetglas, aseguró que muchos empresarios ya habían optado por su implantación, y declaró que no tiene que ser una medida “obligatoria y no hay que imponerla”.