De los departamentos a la responsabilidad individual

Superando las divisiones internas para mejorar la experiencia del cliente

Susana Martínez.

Susana Martínez.

En el mundo de la hospitalidad, la interacción y la buena fluidez en la comunicación entre diferentes áreas de una misma organización es fundamental para ofrecer una experiencia excepcional al cliente. Sin embargo, con frecuencia, los desafíos surgen cuando los departamentos comienzan a señalarse mutuamente en lugar de asumir la responsabilidad que tiene cada uno de ellos o en definitiva cada una de las personas que está interactuando. Esta dinámica de culpar a otros puede tener repercusiones devastadoras en la percepción del cliente sobre el servicio ofrecido. En un entorno tan competitivo como el de los hoteles, es crucial abordar este problema y promover una cultura de responsabilidad individual para mejorar la experiencia del cliente.

Uno de los problemas más comunes en la industria es la tendencia de los departamentos a culparse mutuamente cuando surgen problemas. Por ejemplo, si un cliente se queja de la limpieza de su habitación, el departamento de limpieza podría señalar al personal de recepción por no comunicar adecuadamente las necesidades específicas del cliente. A su vez, el personal de recepción podría culpar al departamento de limpieza por no cumplir con los estándares de limpieza esperados. Esta dinámica de culpar a otros puede crear tensiones internas y afectar negativamente la colaboración entre los departamentos, y esto siempre pasa cuando uno piensa en departamentos y no es capaz de visualizar el conjunto cómo un solo equipo. ¿Os imagináis cualquier equipo de futbol culpabilizando al portero, al entrenador o a la prensa de sus resultados?? No os lo voy a poner tan fácil, que seguro que también sucede.

Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto en estas situaciones es la importancia de la responsabilidad individual. En lugar de buscar culpables externos, cada miembro del equipo debe reflexionar sobre su propio papel en la situación y cómo pueden contribuir a una solución. Esto implica asumir la responsabilidad de las acciones individuales y trabajar en colaboración con otros departamentos para resolver los problemas de manera efectiva.

La responsabilidad individual no solo implica reconocer errores, sino también tomar medidas proactivas para mejorar continuamente. Por ejemplo, si un miembro del personal de limpieza recibe comentarios negativos sobre la limpieza de una habitación, en lugar de simplemente justificar sus acciones, podría comprometerse a recibir más capacitación o a implementar un nuevo enfoque para garantizar la satisfacción del cliente en el futuro. De manera similar, el personal de recepción podría buscar formas de mejorar la comunicación con otros departamentos para evitar malentendidos en el futuro.

Al promover una cultura de responsabilidad individual, los hoteles pueden mejorar significativamente la experiencia del cliente. Cuando los empleados se sienten empoderados para asumir la responsabilidad de sus acciones, están más motivados para ofrecer un servicio excepcional en todas las interacciones con los huéspedes. Además, al trabajar en colaboración con otros departamentos en lugar de culparse mutuamente, se pueden abordar los problemas de manera más eficiente y efectiva, lo que conduce a una experiencia general más satisfactoria para el cliente.

Es importante tener en cuenta que la responsabilidad individual no recae únicamente en el personal de línea, sino que también debe ser respaldada por la gerencia y la alta dirección. Los líderes de la empresa tienen la responsabilidad de establecer expectativas claras, proporcionar recursos adecuados y fomentar un ambiente de apoyo donde los empleados se sientan seguros para admitir errores y buscar soluciones.

En última instancia, en cualquier empresa de servicios, la forma en la que nos ve el cliente está intrínsecamente ligada a nuestra capacidad para asumir la responsabilidad individual y trabajar en colaboración para ofrecer un servicio excepcional. Superar las divisiones internas y promover una cultura de responsabilidad, implica elevar la experiencia del cliente y diferenciarnos en un mercado cada vez más competitivo.

En este sentido, cada empleado tiene un papel crucial que desempeñar en la construcción de la reputación individual, y por lo tanto su marca y contribuir al éxito de la organización.