Fútbol sala

El Palma Futsal conquista Europa y el mundo en 2023

Los mallorquines cierran un año memorable con la consecución de la UEFA Futsal Champions League y la Copa Intercontinental

Los capitanes Carlos Barrón y Tomaz Braga levantan el título de la Champions.

Los capitanes Carlos Barrón y Tomaz Braga levantan el título de la Champions. / Manu Mielniezuk

Sebastià Adrover

Sebastià Adrover

«A partir de ahora solo podemos ir a peor», bromea José Tirado, director general del Palma Futsal, cuando es preguntado sobre el futuro del club. Y tiene razón porque la entidad nacida en Manacor en 1998 ha vivido un 2023 perfecto. Es imposible mejorarlo. Los mallorquines se han convertido en reyes de Europa y después del mundo gracias a una trayectoria para el recuerdo. Este año han escrito la historia de un proyecto ganador que le ha llevado a lo más alto del fútbol sala. Porque ser el número uno del planeta en cualquier disciplina es algo extremadamente complicado, pero si se logra con muchos menos recursos que los adversarios, todavía adquiere más valor. 

Los verde pistacho conquistaron el 8 de diciembre la Copa Intercontinental al derrotar en la tanda de penaltis al todopoderoso Cascavel (3-3), que ha vencido en las dos últimas Libertadores. Es un gigante de América, pero los baleares fueron capaces de ir más allá en el Ginásio Costa Calcavente de Foz do Iguaçu (Brasil). «Somos el ejemplo de que los sueños se pueden cumplir», resalta Tirado, uno de los padres de este éxito junto al inolvidable Miquel Jaume. 

Hace ya más de una década que el Palma Futsal está instalado en la elite nacional, pero siempre estaba a la sombra de los más ricos Barcelona, Movistar Inter y ElPozo Murcia. Y ahora, circunstancias de la vida, cualquiera de los tres se cambiaría por ser campeón continental y mundial.

Y lo mejor es que el panorama que divisa para 2024 es alentador porque ya tiene el billete para la ‘Final Four’ de la Champions y está vivo para luchar por la Supercopa, Copa del Rey, Copa de España y, por supuesto, la Liga. De momento, los baleares han conseguido tocar el cielo de su deporte creyendo en una filosofía que le ha hecho diferente al resto y que está muy alejada del talonario. Se cayó muchas veces, con derrotas muy crueles, pero no varió su ADN de constancia en el trabajo con una idea que ha sabido ejecutar a la perfección el técnico Antonio Vadillo y que socialmente ha crecido de forma imparable, con 3.300 abonados. Y no son más porque el aforo del Palau d’Esports de Son Moix no puede superar los cuatro mil.

El lleno en un recinto que se le está quedando pequeño a medidas que pasan las temporadas se ha repetido en numerosas ocasiones durante 2023 y especialmente memorable fue el del duelo definitivo en la Ronda Principal y en el de la Ronda Elite de la presente edición de la Champions, ante el Kairat Almaty (4-3) y Hit Kiev (2-2), que le dieron el billete para meterse entre los cuatro mejores de Europa. El 3 y 5 de mayo de 2024, en Erevan (Armenia), pugnará por volver a levantar el trofeo.

Ya lo hizo de forma brillante este año que está a punto de finalizar. La UEFA apostó por el Velòdrom Illes Balears y lo que sucedió fue para el recuerdo. A los de Ciutat les tocó el camino largo, pero a este equipo le va la marcha. Fue capaz de derrotar al Benfica (4-3) para meterse en la final frente al Sporting de Portugal. Un histórico partido disputado el 7 de mayo que será recordado de por vida y que Rivillos decidió desde los seis metros en la tanda de penaltis (1-1). Como en Foz en la Copa Intercontinental, aunque en este caso el que acertó fue Fabinho en el tiro decisivo. Son dos momentos únicos para la gloria del deporte mallorquín. Y lo bueno es que el Palma Futsal quiere más. La fiesta debe continuar. 

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