Mundial Australia

Mundial de Rugby (3ª jornada): Porno el sábado y 'gatillazo' el domingo

El Sudáfrica-Irlanda se decidió por los errores en el pateo de los bokkes, que sometieron a los verdes, y el domingo se despidió del Mundial Australia arrasada por Gales

Los aficionados irlandeses celebran la victoria de Irlanda sobre Sudáfrica en el Mundial de rugby

Los aficionados irlandeses celebran la victoria de Irlanda sobre Sudáfrica en el Mundial de rugby / CHRISTOPHE PETIT TESSON

Fermín de la Calle

Primero, los hechos. Tercera jornada del Mundial y las cuatro potencias del sur ya han perdido. Algo inusual que habla de lo abierto que está esta edición, lo que no necesariamente implica una mejora del nivel de juego. Pero ya habrá tiempo de valorar eso. Tampoco parece recomendable cantar victoria desde el norte, porque estas derrotas no conllevan más que un sinsabor para los sureños, que siguen en liza y con las opciones intactas de cara a meterse en unos cruces que comienzan a perfilarse.

Gatillazo el domingo

La gran noticia, aunque sorpresa no parece, es que Australia ya está fuera del Mundial después de caer con Gales en la mayor paliza que le han infringido los dragones en su historia (40-6). Algo se mascullaba después de ser derrotados por una Fiyi que los dominó durante los 80 minutos en la jornada anterior. Todas las miradas están puestas en Eddie Jones, que suma una victoria y seis derrotas con los wallabies en este mandato express. Pero sería injusto no advertir que el problema viene de lejos, más allá de las excentricidades de un Jones que alimentan el relato apocalíptico de este equipo regando con gasolina cada una de sus calculadas intervenciones. Si uno se pasea por su bisagra, nombres como los de McDermott, Donaldson o Carter Gordon retratan el momento por el que pasa el rugby aussie. Por no hablar de una delantera que no domina y una línea de tres cuartos tibia, por ser elegantes. Se marchan los australianos a sus cuarteles de invierno a preparar su Mundial, en lo que serán cuatro años de larga travesía por el desierto. La primera decisión que debe tomar el Rugby Union australiano, que ha perdido popularidad, ingresos y calidad en los últimos años, es quién dirigirá ese barco. Eddie Jones no parece muy interesado, a juzgar por la entrevista que realizó hace unos días con la Federación japonesa para dirigir a los nipones.

Maul del Gales-Australia de rugby en el que los aussies quedaron eliminados

Maul del Gales-Australia de rugby en el que los aussies quedaron eliminados / GONZALO FUENTES

Porno el sábado

El gran partido del fin de semana fue el Sudáfrica-Irlanda. Un duelo con olor a final que ganó Irlanda (8-13) porque no lo supo ganar Sudáfrica. Los bokkes fueron superiores en los puntos de contacto y la ‘Bomb Squad’ justificó su presencia sometiendo a la delantera irlandesa y arrancándoles golpe tras golpe. Pero sin pateadores es complicado ganar un partido, especialmente uno con marcador tan exiguo y riesgos calculados. Manie Libbok pasó una patada a los seis minutos y no volvió a acertar entre palos. Y a esa racha se sumó Faf de Klerk fallando otros dos golpes centrados, aunque lejanos. A eso se une el circense número de Rassie Erasmus con las luces desde la tribuna. Uno se pregunta si sus jugadores no tienen la suficiente personalidad, o amor propio, para decidir si deben ir a palos o no sin participar en ese sindios. Lo triste es que más allá del show, los fallos en las patadas bokkes parecen dar la razón al histriónico director de rugby sudafricano. Las cuatro patadas desperdiciadas le dieron el triunfo a una Irlanda que intentó sacar el juego a los pasillos, lejos del eje en el que el nivel de contacto era pornográfico. Keenan y Aki encontraron la puerta lejos de los gordos sudafricanos y eso les permitió alejar el juego de su 22 y tomar aire. Por contra los centros bokkes, en realidad dos flankers más, se limitaron a repartir sartenazos y llevar la pelota a los carriles, donde Kolbe y Arendse estuvieron muy vigilados. La euforia irlandesa, que suma 16 partidos sin perder, desde julio de 2022, está justificada. Pero mal harían en obviar que los sudafricanos fueron dominantes en el desafío físico y les sometieron. Su resiliencia fue encomiable, pero si vuelven a cruzarse, Irlanda tiene que encontrar la manera de trasladar la batalla lejos del eje. En la otra trinchera, la sudafricana, más rabia que preocupación, porque Nienaber y Rasmussen algo debían olerse con el tema de las patadas, porque cambiaron al lesionado Malcolm Marx, talonador inabarcable, por el apertura Handré Pollard. Con ello zanjan el problema del pateo. Por tanto, un resultado engañoso que debe hacer pensar más a los irlandeses que a los sudafricanos.

"Los payasos"

Otro de los choques del fin de semana fue el Georgia-Portugal, que ofreció el único empate (18-18) del Mundial porque una patada esquinada de Nuno Guedes con el tiempo acabado se escapó por fuera. Divertido duelo que confirmó que los del Tier ‘2 y medio’ han dado un paso adelante en este Mundial. Portugal dominó con su rugby dinámico a unos Lelos incómodos y compitió de manera esplendorosa confirmando que a los pequeños les sienta bien medirse a selecciones mayores para ampliar sus expectativas y su nivel. Algo que horas después verbalizó el seleccionador chileno, antes uruguayo, Pablo Lemoine, tras caer (76-0) ante Inglaterra, pese a mantener a raya a los de Bortwick hasta el minuto 22 con el marcador virgen. “La verdad es que ya me da un poco de repulsión seguir hablando de lo mismo porque al final esto es como un show, donde de por un lado estamos los payasos y desde el otro están los dueños del circo. A mí me tiene saturado el tema”, advertía señalando a World Rugby y este sistema clasista en el que se protege a los Tier 1 para mantener el estatus otros 200 años más. Nada que no hayamos denunciado desde hace años aquí y que ahora comienza a ser un clamor entre los países llamados ‘emergentes’: Uruguay, Georgia, Fiyi, Japón, Chile… España, no nos engañemos, no está en ese grupo y a día de hoy es Tier 3. Porque desarmado el bloque de la selección mundialista, toca armar otro nuevo con mimbres propios más reconocibles como los jóvenes del Trophy y otros que ayudarán a elevar el nivel viniendo de fuera. Y a trabajar para Australia 2027, que servidor ve muy lejos, por no decir muy complicado. Más aún con Georgia teniendo que ganarse la plaza en la clasificación europea para el Mundial, cuyo formato es una incógnita y será teledirigido para meter a quien interese en las moquetas de Dublín, donde World Rugby arma sus componendas.

Portugal y Georgia protagonizaron uno de los partidos del Mundial de rugby /

Portugal y Georgia protagonizaron uno de los partidos del Mundial de rugby / / STEPHANE MAHE

El bosque se despeja de árboles

Dicho esto, el bosque del Mundial comienza a despejarse de árboles y se perfilan unos cuartos en los que se perfilan incluso como favoritos equipos que a priori no se contaba que se asomasen a semifinales. Así por la parte alta habría un Gales-Argentina y un Irlanda-Nueva Zelanda, que luego mediría a sus ganadores en la semifinal. Y por abajo aparecen un Inglaterra-Fiyi y un Francia-Sudáfrica que en la semifinal podría repetir la final del pasado Mundial.

Posdata: Antoine Dupont, operado y con una placa en su pómulo, ya ha visitado a un especialista para hacerse una máscara que pretende lucir el 15 de octubre ante Sudáfrica. Toda Francia cruza los dedos para que así sea.