Opinión

Caso Rubiales: un impresentable, una víctima y personajes para todos los gustos

El tsunami provocado por el dimitido presidente de la Federación fortalece el papel de la mujer deportista y deja un rastro de personajes que han quedado retratados

Un artista urbano inmortalizó el beso de Rubiales a Hermoso.

Un artista urbano inmortalizó el beso de Rubiales a Hermoso. / Efe

Ricard Cabot

Ricard Cabot

Ahora que se ha producido la esperada dimisión de Luis Rubiales como presidente de la Federación Española, es el momento de hacer balance de los tristes sucesos que ha protagonizado. Previamente suspedido tres meses por la FIFA, el conflicto que avergüenza al fútbol español ha dejado tras de sí un rastro de personajes de todo tipo, unos pocos para bien y la mayoría señalados de forma irremediable. Estos son.

Jenni Hermoso

La principal protagonista de esta triste historia que, lamentablemente, ha tapado, aunque sea parcialmente, el título mundial de la selección. Su paso adelante al denunciar a Rubiales por el beso sin consentimiento supone el comienzo de toda una revolución.

Rubiales

Nada mejor para definirle que las palabras del prestigioso jurista José María Mena en un artículo en El País: «Culminó su chulería y prepotencia con el beso en la boca a Jenni Hermoso, indeseado, imprevisible e inevitable, que constituye un delito de agresión sexual del Código Penal».

Jorge Vilda

Su destitución como seleccionador estaba cantada tras los obscenos aplausos a su presidente. No ha tenido el valor de irse un minuto antes de que le echaran, con toda la plantilla en contra. 

Rosa Tomé

La segunda de Vilda y nueva seleccionadora. No lo tendrá fácil con unas jugadoras que, algunas, ya han mostrado su malestar con su nombramiento por consentir actitudes reprobables de su predecesor.

Luis de la Fuente

Al seleccionador masculino le ha salvado su humildad en la rueda de prensa en la que pidió perdón por sus aplausos a Rubiales, aunque sigan sin tener justificación alguna.

Patri Guijarro

Campeona pese a no formar parte de la selección. Todo lo que ha sucedido refuerza la decisión de la mallorquina y de otras compañeras de negarse a formar parte de un grupo en el que el jefe en los despachos era Rubiales y en el campo Vilda.

Carvajal

Para decir lo que dijo, mejor hubiera estado con la boca callada. Habló de presunción de inocencia de Rubiales, y tiene razón, pero se echó en falta alguna crítica, por leve que fuera.

Borja Iglesias

El jugador del Betis es uno de los pocos que se ha salvado de la quema entre sus colegas masculinos al renunciar a la selección hasta que no se haga limpieza en la Federación Española. Claro y contundente, todo lo contrario que los capitanes de la selección, que condenaron a Rubiales de manera tibia y poco convincente.

Los clubes

Salvo Osasuna, Getafe y pocos más, la reacción de los clubes al escándalo provocado por el beso de Rubiales a Jenni Hermoso ha sido lamentable, entre ellos el Mallorca. En la mayoría, frases del todo previsibles de apoyo a la futbolista, pero ninguna crítica al comportamiento del todavía presidente de la Federación.

Pedro Rocha

El presidente interino tiene un difícil papel. En sus primeros días ha tomado la decisión más comprometida, la destitución del seleccionador Vilda, un primer paso imprescindible para apaciguar los ánimos. Pero el cambio en el fútbol, y en las federaciones en general, ha de ser mucho más profundo para que dejen de ser un cortijo. 

Prensa

Más de un medio de comunicación fue cogido en fuera de juego cuando estalló el escándalo, restando importancia al beso de Rubiales. Empujados por la presión, rectificaron.

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