Víctima de violencia de género

Carmen Giménez, campeona paralímpica: "He pasado de ser una persona destruida a reconstruida"

"Es un proceso de reconstrucción, donde tuve que ir cambiando pensamientos negativos y donde solo veía las cosas que yo creía que no podía hacer"

Carmen Giménez.

Carmen Giménez.

Carla Gil Alberiche

La atleta paralímpica Carmen Giménez fue víctima de violencia de género. En el año 2010 su ex pareja la arrojó por el tercer piso de la vivienda donde residían dejándola parapléjica. Su historia la ha llevado a ser un ejemplo de superación, yendo por las diferentes ciudades intentando concienciar del problema que hay en España. Hace unos días ofreció su testimonio a los adolescentes del municipio de San Bartolomé de Tirajana.

¿Cuándo empieza a notar los comportamientos agresivos por parte de su ex pareja?

Fue desde el principio, lo que pasa es que en un primer momento yo tenía mis herramientas personales para parar la situación y en el primer viaje que hicimos, al mes y medio de estar juntos fue el primer enfrentamiento desayunando. Fue por una conversación de trabajo y él derivó eso a desprecio y humillación, se reía y yo fui capaz de decir “así no, basta”. De hecho estuvimos todo el día sin hablarnos porque yo tenía mi entereza de decir que eso no lo iba a permitir, pero él iba jugando a eso, se arrepentía, se justificaba, te adoraba, te embaucaba y yo interpretaba que no estaba bien pero que tenía sus formas que no eran correctas, pero empatizaba y me ponía en su piel para entenderlo. Eso desde el principio, en los primeros episodios dije basta pero poco a poco me fue desarmando y esas herramientas para gestionar mis situaciones fue quitándomelas y generándome dependencia, miedo, ansiedad a sus respuestas y llegó un momento que ya no tenía formas de gestionar las situaciones y estaba expuesta a la violencia, no sabía pararla. 

¿No lo habló con nadie para pedir ayuda?

Hablé durante un tiempo con una psicóloga a la que yo pretendía que fuera él porque sus comportamientos no eran normales, pero ellos están bien y la que estás mal eres tú. Fui a la psicóloga para intentar mediar pero a él le vieron una vez y ya está y la que siguió yendo fui yo. Entonces así era muy complicado porque verdaderamente yo estaba recibiendo apoyo como víctima pero para solucionar el problema al que había que tratar era a él y fue difícil.

La tiró por la ventana de un tercer piso en marzo de 2010. ¿Desde entonces no ha sabido más nada de él?

No. Durante los días siguientes acudió al hospital, yo estaba entubada no podía decir nada y cuando yo me fui despertando me expresé de que él no tenía que estar ahí y ya esta, no lo volví a ver ni a saber nada.

¿Cómo recuerda los días anteriores al accidente?

Era una sucesión de agresiones continuas, sobre todo en la parte psicológica, social y emocional. Estaba continuamente humillándome y despreciándome. Él jugaba a una de cal y una de arena, cuando veía que estaba destrozada me rescataba y actuaba, sacándome del pozo con palabras y gestos bonitos, con perdones, diciendo que esto iba a cambiar, que me iba a demostrar cosas. 

¿Sus amigas sabían algo?

Mis amigas intuían pero una de las partes que suelen ser frecuentes es que te alejan de tu entorno. Ellas apenas me veían, tenían sus sospechas pero no tenía relación con ellas, pensaban que era una relación nueva y que le estaba dedicando más tiempo, pero yo no era sincera ni clara con ellas, no me expresaba diciéndoles lo que me estaba pasando. Leían entre líneas pero no tenían la certeza. 

Los días anteriores al accidente fueron una sucesión de agresiones, sobre todo en la parte psicológica

¿Cuál fue su reacción al despertarse en el hospital y ser consciente de lo que había pasado?

Fue muy progresiva, porque yo estuve sedada, durante unos días estuve en una situación critica que podía salir adelante o no, y tengo recuerdos parciales de todos esos días. Recuerdo la sensación de no sentir, algo que no entendía. Me decían que tenia una lesión medular pero yo no entendía lo que me estaban diciendo. Yo sentía algo muy extraño, miraba y veía que no podía mover las piernas y cuando van pasando los días y voy siendo consciente de lo que había pasado y de las secuelas, fueron situaciones muy duras por lo que había pasado y cómo había pasado. Tenía un pensamiento terrible porque era como el fin del mundo.

¿Recuerda cómo fue el día en el que empezó a aceptar su nueva vida?

No fue un día en concreto, sino que fue un proceso de trabajo continuo con profesionales. Es un proceso de reconstrucción en una persona, donde tuve que ir cambiando pensamientos negativos y donde solo veía las cosas que yo creía que no podía hacer. La etapa posterior pasada un año ya no era solo la reconstrucción sino que era el crecimiento personal, el encontrar que las cosas no eran a pesar de la capacidad, sino que gracias a esa discapacidad yo había conseguido unas herramientas personales de vida extremadamente útiles para vivir una vida feliz y plena a la que tenía antes de la lesión, porque aprendí a valorar la vida y muchas cuestiones que me pasaban desapercibidas. Pasé de ser una persona destruida a una persona reconstruida y de ahí a ser una persona mas grande en el sentido de un crecimiento y desarrollo mucho mayor del que tenía antes.

Sufrió maltrato durante mucho tiempo. ¿Le costó volver a confiar en un hombre?

Si, muchísimo. Me costó años, lo que yo no creo en las casualidades y la vida siempre te pone las piezas del puzzle. Es cuestión de ir eligiendo las piezas y colocándolas y la pieza que me pusieron para ese proceso de recobrar la confianza fue especialmente buena y válida para mi situación. Era un hombre que ya conocía antes de la lesión y al enterarse de lo que había pasado me pidió permiso para venir a verme a Toledo. Fue viniendo al hospital, me ayudó, me sacaba cuando tenía permiso y se dedicó a estar a mi lado y a escucharme. Venía de Londres para estar en los pies de mi cama y verme llorar y destruirme y respetó mi dolor, escuchó mis silencios y estuvo conmigo. Con el paso de los años demostró que era una persona en la que se podía confiar y que me quería. Me casé con él y tuve a mi hija mayor a su lado. 

Rehízo su vida como una verdadera campeona y le enseñó al mundo que las personas en silla de ruedas no tenían ninguna diferencia con las demás, teniendo incluso tres hijos. ¿Cómo ha sido su maternidad?

Yo la he vivido de forma muy positiva y me ha ayudado mucho porque era algo que al principio tuve el pensamiento de no poder serlo. Viví los embarazos de forma positiva e ilusionante. Siempre da la sensación de reto porque es verdad que no estamos acostumbrados a ver por la calle mujeres en sillas embarazas o con bebés pero con el apoyo de los profesionales y yo buscando mis mañas y mis espacios todo funcionó bien. Creo que el ser madre me ha regalado vida y a mis hijos tener una madre con mis circunstancias les favorece enormemente porque les da una visión de la diversidad y la empatía que viene de fabrica. Mis hijas de serie tienen esa inclusión y creo que ellas lo viven de forma positiva y en nuestro caso en maravilloso.

A mis hijas tener una madre con mis circunstancias les favorece enormemente porque les da una visión de la diversidad

¿En qué momento decide comprarse una silla de ruedas adaptada para competir?

Empecé a correr a raíz del nacimiento y fallecimiento de mi hijo Bruno el 4 de septiembre de 2018. Sentí que tenía que tenerlo presente y por respeto a el, que no le habían permitido vivir, debía de vivir la vida intensamente por los dos y la forma mas bonita era corriendo y llevándole por las calles que debía haber recorrido con el cogido de mi mano por su propio pie. Inmediatamente me quedé embarazada de mi hija Valentina, que nació el 30 de junio de 2019 y cuando me recuperé del parto en septiembre de ese mismo año empecé a buscar información, compre la silla y contacte con mi entrenador.

¿Dónde ha competido?

De momento todas las competiciones han sido nacionales, soy campeona de España de 800, 1500 y 5000 metros lisos y he competido en las distintas pistas donde se han celebrado los campeonatos de España. El próximo 17 de junio, si no pasa nada, correré la primera maratón internacional en Minnesota, Estados Unidos y será mi primera experiencia internacional y el 24 de septiembre correré en la maratón en Berlín. 

¿Cómo ve el tema de la violencia de género en España?

Es un problema enorme. En el informe de violencia de género, que se puede consultar públicamente, hay un dato que puede pasar desapercibido que es el porcentaje de casos que terminan archivados. Ese porcentaje si lo analizas desde el año 2004 que fue el año que comenzó a estar en vigor la ley de violencia de género hasta hoy, ronda el 50% todos los años. El propio informe estima que solo entre el 20 y 30% de las mujeres que sufren violencia lo denuncia. La efectividad de la ley es escasa. Aun así, ese no es el problema, aunque si muy importante porque transmite a la sociedad la sensación de que los delitos quedan impunes y es negativo, pero el problema real es la educación, porque con las leyes apagamos incendios, pero si no se hacen trabajos de prevención esto va a seguir toda la vida. 

¿Qué consejo daría a las mujeres que están sufriendo violencia de género por parte de sus parejas?

 Las tenemos que ayudar y apoyar nosotros mismos, ellas lo que tienen que hacer es cogerte la mano y dejarse ayudar. Ellas no pueden hacer mas de lo que hacen, que es sobrevivir. Lo que hay que hacer es ayudarlas y el mensaje es que verdaderamente entiendan que ellas son las víctimas y que no tienen que sentirse culpables. El que esta ejerciendo la violencia es el responsable. 

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