David Barro, nuevo director de Es Baluard: «Un museo debe comunicar con menos palabras esdrújulas»

Presentará su propia programación para Es Baluard en enero de 2025 y avanza que «siempre habrá un artista balear exponiendo»

Con experiencia en gestión cultural, ha trabajado en diferentes fundaciones y proyectos

Proyecta estar seis años en este cargo

David Barro: "Mi intención es que el museo Es Baluard pueda abrirse mucho más allá de lo que es el propio arte contemporáneo"

B. Ramon

Montse Terrasa

Montse Terrasa

El gestor, comisario y crítico cultural David Barro (Ferrol, 1974) acaba de aterrizar en Mallorca para asumir la dirección del museo de arte contemporáneo Es Baluard, entidad que ya conocía al haber comisariado una exposición de Rafa Forteza y haber participado en su programa de formación. En la isla veranea cada año desde 2015. «Desde hoy soy un mallorquín más», declaró este lunes, tras firmar su contrato. Con experiencia en la gestión cultural y convencido de que la lengua catalana es parte de la cultura local, este gallego, primer hombre al frente de este centro expositivo tras ganar el concurso para acceder a la plaza de dirección, apuesta por crear alianzas con otras instituciones y aplicar la empatía a su gestión.

-¿Cuál es su proyecto?

-Continuar contribuyendo a que Es Baluard sea un referente para el arte contemporáneo, tanto nacional como internacional. Si tuve la intención de concursar y de estar aquí hoy es porque vi un equipo bien estructurado, con unos departamentos que estaban muy bien trabajados, un museo que evidentemente tiene un enclave que habla por sí solo, también una historia, una buena colección, pero mi intención es que pueda abrirse mucho más allá de lo que es el propio arte contemporáneo. Muchas veces pecamos de más crípticos o más complicados para la sociedad y eso solo se puede conseguir con comunicación y con empatía. Y por supuesto eso llega desde el compromiso como director, como mediador con el contexto balear y como relaciones públicas del museo y con el equipo.

David Barro, ayer, en Es Baluard, tras la reunión del patronato que confirmó su nombramiento. | B. RAMON

David Barro, en Es Baluard, tras la reunión del patronato que confirmó su nombramiento. | / B. Ramon

-Lo ha dicho, a veces el arte contemporáneo peca de elitista...

-Podemos ir a un partido de fútbol o de baloncesto y disfrutar y a lo mejor no conocemos todas las reglas. Es muy difícil conocer y entender el arte contemporáneo porque continuamente está hablando de sí mismo, es muy metalingüístico, pero claro, los propios mediadores y comunicadores no podemos ser igual de metalingüísticos, porque la gente a veces se siente excluida o no entiende nada... Un museo, con su equipo y director, debe comunicar de otra manera. A lo mejor tenemos que hablar con menos palabras esdrújulas. Lo difícil, cuando sabes lo que quieres contar, se puede decir muy simple. Tenemos que lograr esa empatía y es una labor importantísima porque el arte ha perdido muchísima conexión con la sociedad. La labor de una dirección de un museo es superar esos muros, abrirse a la sociedad y eso no implica perder rigor a la hora de trabajar.

-¿Qué le motivó a presentarse al cargo?

-Se dio la oportunidad y es difícil que haya un equipo tan bien estructurado y que funcione tan bien en otros museos. Es un museo y un contexto que debería estar a nivel social muchísimo más conocido y valorado y creo que puedo aportar en ese sentido.

-¿Y por qué cree que no está en ese nivel?

-Una de las cosas que creo que podemos mejorar es la manera de comunicar. Pero, por otro lado, me gustaría fidelizar a mucha gente con el museo, personas que a lo mejor no tienen la oportunidad de viajar a Palma ¿Y cómo lo podemos hacer? Bueno, pues tengo una serie de estrategias de comunicación digital de manera que se pueda seguir el museo y lograr esa empatía a través de determinadas comunicaciones. Por eso digo que la comunicación, para mí, es estratégica, lo es todo.

-¿Está dispuesto a tener un papel activo, a opinar sobre actualidad?

-Totalmente, pero en las cosas en que tenga una opinión fundada, porque no me considero una persona que sepa y pueda hablar de todo. Llevo muchos años de trayectoria, he trabajado con partidos diferentes, yo lo que pido como interlocutor es respeto por el trabajo y lo que sí tengo claro es que voy a tener compromiso con el museo y con el contexto. Si vengo aquí es para darlo todo, si no, no lo haría.

-¿Qué conoce de la realidad balear?

-Conozco las galerías, creo que hay un muy buen tejido, quizás le ha faltado en algunos momentos trabajar de forma conjunta, más complicidad. Hay un tejido magnífico de galerías, pero solo hay tres en ARCO, y quiero empujar a que entren más... Mi idea es trabajar con el archipiélago balear y esa tarea es muy grande.

-¿Ya tiene el presupuesto?

-No, tengo una cifra general que no me vale para valorar nada, porque tengo que ver cómo están esas partidas... Lo que sí puedo decir es que vengo a gestionar ideas y oportunidades. Una cosa es el presupuesto que tengamos pero, si gestionamos bien esas oportunidades, puedes tener el doble de presupuesto con el mismo dinero.

-¿Con alianzas con otros centros culturales?

-Claro, con coproducciones y logística. O generar un proyecto que sea para todo el territorio balear, liderado desde aquí con otras instituciones. Puede ser con una conselleria que no esté en tu patronato o con la universidad, o un patrocinador turístico que tenga interés en un determinado tema. Si el museo funciona, las oportunidades económicas llegan porque llegan más mecenas.

-No quiere avanzar nombres, pero su idea es contar con artistas locales e internacionales reconocidos.

-Sí, pero una trayectoria rigurosa no quiere decir que sea una trayectoria de 30 años, puede ser de 6 años... Trabajaremos con ambos, intentaremos que siempre haya nombres significativos. Y siempre habrá un artista balear exponiendo en el museo.

David Barro, en un momento de la entrevista.

David Barro, en un momento de la entrevista. / B. Ramon

-Se ha presentado hablando en catalán. ¿Está al tanto de que aquí es un tema candente?

-Supongo que como en Galicia, Cataluña o País Vasco. No estoy muy puesto en el tema, pero para mí el mallorquín es la expresión de un lugar, ahora de nuestro lugar, y vengo de una tierra donde la lengua ha mantenido la cultura viva y para mí el idioma es la expresión sonora y la permanencia de una cultura. Tenemos la suerte de que el lenguaje del arte es universal, que yo en estos momentos aún no hable catalán es totalmente insignificante, lo importante es que yo sepa valorar la importancia y como museo se tiene que comunicar en catalán y a lo mejor, en otros momentos, de otra manera. Lo que tiene que primar es el sentido común. El mallorquín tiene que ser clave y vamos a trabajar en algún momento cosas que tengan que ver con la construcción de la lengua desde el punto de vista del arte contemporáneo. Creo que el carácter diferencial de un museo, la personalidad propia de un territorio es absolutamente fundamental si quiere ser creíble y la lengua es esencial. Más allá de polémicas, claro que valoraremos el tema del mallorquín y de qué manera pueda haber artistas que trabajan con la voz, con la lengua, me parece muy rico.

-Llega a una comunidad de gobierno conservador...

-Lo que ofrezco es mi compromiso con la institución y, en ese sentido, pido el mismo respeto a mis interlocutores. Si los interlocutores respetan al museo y apoyan cuando surgen problemas, pues para mí es la ecuación perfecta, independientemente del color político que puedan tener.

-Su programación comenzará en 2025. ¿Cuenta con el tiempo suficiente?

-Los tiempos son muy justos, sobre todo si quieres trabajar con artistas internacionales, pero he conseguido los primeros que eran los que más me urgían. Es justo, pero creo que sí llegaremos para enero.

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