Oblicuidad

‘How to have sex’, un Magaluf camuflado

Explorando los límites del consentimiento alcohólico en Magaluf, sin citarlo.

Explorando los límites del consentimiento alcohólico en Magaluf, sin citarlo. / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

La segunda película reciente que emplea una geografía extranjera como trasunto de Mallorca obliga a afilar las acusaciones de apropiación cultural. Nicolas Cage repetía con insistencia en El insoportable peso de un talento que estaba descansando en suelo mallorquín, cuando las escenas correspondientes habían sido rodadas en Croacia. A pesar del desplazamiento al Adriático por motivos económicos, la sola mención de la isla convertía a la sátira refrescante en un tostón, ya se sabe que Mallorca no ha servido de escenario a ninguna producción digna de ser celebrada.

La historia se repite en How to have sex, película ya de culto tras obtener el premio Un certain regard en Cannes. Fue rodada en el enclave cretense de Malia, pero la directora Molly Manning Walker ha confesado sin tapujos que se ha limitado a recoger las experiencias de las cuatro vacaciones alocadas que disfrutó en Magaluf desde los 16 a los 18 años, las edades de las seis protagonistas de su cinta.

Todo en How to have sex resuena, o mejor huele, a Magaluf. Cuesta convencer del extrañamiento cretense a quienes solo han visto el tráiler. De hecho, la película escamotea en lo posible su ubicación griega, pero incluye una mención a Ibiza. Un remedo de Punta Ballena es el eje del rodaje, pero además tenemos las pruebas del plagio geográfico. La treintañera Walker reconoce que sus periódicos viajes a la costa de Calvià «me aportaron algunos de los mejores momentos de mi vida».

Quienes confundan Creta con Mallorca se sentirán reconfortados, al saber que el escenario imita a Magaluf hasta el extremo de que la directora guarda en su teléfono una colección de fotos de sus inconfundibles vacaciones en la zona. Lanzándose sobre sus amigos en un pub crawling, o de resaca con una toalla alrededor de su cabeza. En efecto, son escenas de How to have sex.

Documentada en Magaluf y transplantada a Malia, el éxito de How to have sex se debe a que la directora galardonada confiesa que en Mallorca «también ocurrieron cosas malas, y ni siquiera las interpretábamos como tales». Aquí entra en juego el ajetreo sexual, y la película se convierte en una exploración de los límites del consentimiento alcohólico en unas vacaciones mallorquinas desenfrenadas. El sí de los borrachos.

Si recuerdas lo que te sucedió en Magaluf, no estuviste allí. Walker coincide en que la escena más impactante de la película son las felaciones en grupo sobre el escenario de un local nocturno. «Lo vi en un club de Magaluf. Yo estaba de pie sobre una mesa de billar, contemplando el espectáculo». El mamading colectivo confirma que How to have sex es la película más importante rodada sobre Magaluf. Pero no la definitiva, aunque esa geografía maldita cambió la orientación sexual de su directora.

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