EN CONTRA

Roberto Sánchez: «Hoy eres indepe o facha, ayusista o comunista»

Roberto Sánchez (Cerdanyola del Vallés, 1966) tiene un Ondas y dirige ‘Si amanece, nos vamos’ en las madrugadas de la Ser. Compatibiliza la labor periodística con la literaria, ahora mismo en la novela ‘Líneas cruzadas’, una crónica tan negra como generosa y equilibrada del procés catalán.

Roberto Sánchez.

Roberto Sánchez. / DM

Matías Vallés

Matías Vallés

Para que se haga cargo del tipo de entrevista: «¿Escribe de madrugada?».

Nunca, mi lugar de inspiración es la cabina del silencio del AVE, que me traslada desde mi trabajo en Madrid a Barcelona donde tengo familia.

Su protagonista Ricardo Santos tiene las iniciales y la profesión de Roberto Sánchez.

Doy pistas para despistar. El protagonista de Líneas cruzadas también nació en Barcelona como yo, lo cual me aporta más herramientas para meterme en su mundo.

Seguimos con el xarnego, en Mallorca forastero.

Soy xarnego, la figura reivindicada por Marsé o Serrat. Nunca había tenido ningún problema, pero al xarnego se le mira de otra forma desde el procés, se ha truncado el oasis.

¿El procés ha roto familias?

Ha creado un distanciamiento familiar, es tabú hablar de política hasta el punto de que muchos catalanes se lo tienen absolutamente prohibido cuando se reúnen.

¿Siente que Cataluña le expulsó?

Ni fui expulsado, ni soy un hijo pródigo que regresa a su tierra. He vivido el procés con tristeza, pero no soy una víctima. Estoy habituado a ser un peligroso nacionalista catalán en Madrid y un facha de mierda en Cataluña.

En el procés hubo de todo menos muertos.

Aquí es donde introduzco la literatura, con un chico de los CDR que roba una pistola en los jeeps de la Guardia Civil destrozados en la concentración del 20 de septiembre. No se puede demostrar que no fuera cierto.

Aquel jeep fue decisivo en el juicio del Supremo.

Si buscas en las hemerotecas, el arma existe, y transformo la parte de la condena del Supremo a los Jordis en escrito de acusación de la fiscalía contra mi personaje.

‘Líneas cruzadas’ es un thriller que podría leerse sin asesinato.

Eso es. Necesito una trama para coger el pulso narrativo y mantener el suspense, porque me caracteriza el thriller, pero he escrito una crónica nostálgica y sentimental.

A priori, lo situaba a usted contra el procés, tras leer el libro no lo tengo tan claro.

Me halaga haberte confundido. Estoy claramente contra el procés, pero no quería escribir un relato de parte, sino situarme en el centro del tablero y entender a un CDR.

¿Pedro Sánchez ha traicionado a los suyos?

Sánchez ha traicionado a sus electores con la amnistía, aunque los sanchistas se hacen más papistas que el Papa y fingen aceptar sin fisuras un cambio de opinión reincidente e interesado.

En el libro aparece Prenafeta, cuando el periodismo catalán miró a otra parte.

Igual que el periodismo español miró a otra parte con el juancarlismo. Sería ventajista reprochárselo, había un consenso del oasis catalán, donde nadie imaginaba los viajes a Andorra con maletines por carreteras secundarias.

Madrid tampoco es perfecto.

Claro. La polarización lleva al punto extremo de que en Cataluña eres indepe o facha, mientras que en Madrid eres ayusista o comunista.

¿Cómo ha cambiado el oyente con la polarización?

Es una de las ventajas del horario de madrugada, donde tratamos la política con tono humorístico y procuramos no condicionar. Somos un territorio libre de polarización.

¿Se está desinflando el suflé del podcast?

Desde luego hay una burbuja que pinchará, dicho sea sin animadversión. No somos tantos y con tanto tiempo libre para consumir la sobreoferta, por no hablar de que dos personas que se sientan a hablar sin guion ni herramientas invitan a la vacuidad. Como dice Ángels Barceló, la mejor improvisación está preparada.

¿Se sintió aludido por el discurso de Yolanda Díaz contra los horarios de madrugada?

Me hizo mucha gracia, y no debe ser fortuito que una red de comida nos enviara un gran desayuno a las cuatro y media de esa madrugada a la radio. Fue un mensaje calórico, para los cuatro millones de españoles que trabajan entre las diez de la noche y las seis de la mañana.

¿Cuántas veces se lamenta de su horario de micrófono de cuatro a seis?

No solo no me quejo, sino que fui yo quien dio un paso al frente. Entré en el despacho de Montse Domínguez y le propuse que recuperáramos Si amanece, nos vamos. «¿Con quién?», me preguntó sabiendo que era un horario difícil. Le respondí que conmigo, así que soy un privilegiado.

¿‘Líneas cruzadas’ significa que si amas, has de traicionar todo lo demás?

El procés ha sido diferente, se ha traicionado el amor de los próximos para exigirle a tu hermano que sea una bandera que habla. Y desde luego, todo lo que se hace por amor está justificado.

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