Arte

Un estudio del Instituto Moll y un libro monográfico pone en valor la pintura flamenca de Osuna

Ana Diéguez-Rodríguez, directora de la institución y especialista en pintura flamenca del siglo XVI, presenta una publicación que pone en contexto las obras que se conservan en la Colegiata, el Santo Sepulcro y la Universidad

Ana Diéguez-Rodríguez, directora del Instituto Moll y autora del libro.

Ana Diéguez-Rodríguez, directora del Instituto Moll y autora del libro. / VÍCTOR CASTRO

Araceli R. Arjona

La Capilla de la Antigua Universidad de Osuna acogió este viernes la presentación del libro La pintura flamenca del siglo XVI en Osuna. Arte, devoción y significado para los condes de Ureña, una obra editada por la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía cuya autora es la directora del Instituto Moll Centro de Investigación sobre la Pintura Flamenca de España, Ana Diéguez-Rodríguez. Doctora en Historia del Arte, dio a conocer ante una sala abarrotada de público el resultado del minucioso estudio iniciado hace cuatro años con el objetivo de realizar un pequeño catálogo de la pintura flamenca conservada por el Patronato de Arte y Amigos de los Museos de Osuna y que derivó a partir de una convocatoria pública de ayudas de la Junta en la publicación de un libro monográfico, que viene a poner en valor la vasta colección de pintura flamenca del siglo XVI y el legado artístico de los condes y las condesas de Ureña en Osuna.

Según Diéguez-Rodríguez, en estos años se ha llevado a cabo "la catalogación y volcado de información en la base de datos de mosaico que tiene la Junta de Andalucía, para su consulta por parte de investigadores, mientras que el libro pone en contexto las obras que se conservan en la Colegiata, el Santo Sepulcro y la Universidad de Osuna y su significación en los lugares en los que se situaron". La directora del Instituto Moll, estudiosa de la pintura flamenca, doctora Qum Laude por su tesis doctoral sobre esta pintura en el norte de España, comentó que los condes de Ureña impulsaron entre 1530 y 1555 la construcción de la Colegiata y el Panteón de los Condes de Ureña y, coincidiendo con ese despliegue constructivo, buscaron artistas de estética flamenca, influenciados por la presencia en Sevilla de artistas como Hernando de Esturmio o Roque Balduque.

Libro sobre la pintura flamenca del siglo XVI en Osuna.

Libro sobre la pintura flamenca del siglo XVI en Osuna. / VÍCTOR CASTRO

En esta época, explica, "los artistas no trabajaban de forma individual sino integrados en compañías que tenían una gran relación entre ellas y mantienen una estética común, vinculada a la escuela de Amberes". Los condes recurrirán así a los pintores con más solera, que, a su vez, tenían redes comerciales con sus países de origen, lo que posibilita la llegada de obra de importación, algo que el libro detalla, ya que diferencia las obras hechas en Osuna por artistas flamencos y las que fueron importadas desde Flandes e integradas en el conjunto. Las investigaciones realizadas han permitido identificar al autor de cuatro de las pinturas del Santo Sepulcro, al que la autora denomina el maestro de Osuna. "Es una de las cosas que aportamos, la identificación de artistas de gran calidad técnica que trabajaron dentro de un programa simbólico temático más complejo de lo que en principio pueda parecer", apunta. Arnao de Bergara, el artista encargado de las vidrieras de la Catedral de Sevilla, es otro de los referentes que, según la experta, "tendrá una gran influencia en el planteamiento estético e iconográfico de los condes de Ureña, pese a que su obra, al ser vidrieras, no se haya conservado".

Buen estado de conservación

El legado de la familia ha sobrevivido en buen estado de conservación aunque "a principios del siglo XIX, con la llegada de los franceses, se perdió mucha orfebrería y joyas". La publicación deja constancia de un hecho relevante y es que "las obras creadas para un lugar determinado hayan permanecido desde el siglo XVI en el mismo sitio, algo que no suele ocurrir y que estéticamente da una unidad artística muy agradable y permite entender la simbología y el planteamiento iconográfico que hay detrás". Precisamente, el hecho de que las pinturas estuvieran encastradas ha permitido que llegaran a nuestros días en buen estado, si bien hay piezas que se han perdido.

El interesante y decisivo papel de las condesas de Ureña en el gusto por la pintura flamenca es otro aspecto que recoge este volumen, ya que, según la autora, son ellas las que están detrás de que la familia cree un espacio de enterramiento propio en un momento histórico en el que las relaciones cortesanas empiezan a ser muy importantes y las grandes familias debían dejar constancia de por qué ellos deben estar cerca del rey y presentarse en público con espacios de gran magnificiencia artística como el Santo Sepulcro.

Un libro para todos los públicos

El libro está pensado desde un punto de vista divulgativo y es una obra dirigida a todos los públicos. Incluye una parte de catálogo para que cualquier persona que llegue a Osuna y quiera visitar las obras que se conservan pueda conocer las claves de cada una de forma individualizada y una parte introductoria donde hay un desarrollo más elaborado sobre qué supuso esa pintura flamenca, quiénes fueron los condes de Ureña, por qué plantean esto para tener una idea más general. Asimismo, el lector especializado encontrará notas a pie, bibliografía actualizada y referencias para continuar las investigaciones, ya que, en opinión de Diéguez-Rodríguez, "aún hay muchas cosas por descubrir en Osuna".

En la presentación de la publicación, introducida por el profesor Manuel García Luque, del departamento de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, quien destacó "el rigor histórico y la honestidad intelectual de la autora"; intervinieron también la directora general de Patrimonio Histórico de la Consejería de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Mónica Ortiz, que destacó la importancia de la edición de este tipo de monografías especializadas para la difusión y conocimiento del patrimonio artístico; y el delegado de Festejos de Osuna, Jesús Heredia.