La curiosa historia de cómo se fraguó la vuelta de Barceló a la muestra permanente del Bellas Artes de Asturias

«Hiperbòlic», la nueva obra invitada, ha sido cedida en depósito por el propio artista para enmendar su ausencia

Elena Fernández-Pello

El regreso de Miquel Barceló a la exposición permanente del Museo de Bellas Artes de Asturias se fraguó durante su visita a Oviedo, en mayo del año pasado. El mallorquín pasó unos días en la ciudad, a la que viajó para dar una conferencia en la III Semana Profesional del Arte, que organiza la Fundación Municipal de Cultura de Oviedo. Durante esa estancia se reservó un tiempo para conocer la pinacoteca regional, donde conversó y se dejó guiar por su director, Alfonso Palacio. Así supo que hacía unos años que su obra estaba ausente de la exposición permanente, desde que José Vázquez, el coleccionista que había cedido en depósito uno de sus cuadros, "Des citrons coupés (Limones cortados)", tuvo que recuperarlo. Un mes después de aquella visita de Barceló al Museo, su director recibió una llamada en nombre del artista ofreciéndole dos de sus obras en depósito, a elegir una. Sería una de la colección personal del artista y otra de su galerista, Bruno Bischofberger.

El Bellas Artes optó por la primera alternativa y escogió un lienzo de gran formato (218x269 cm.) titulado "Hiperbòlic", que su autor pintó en 2018 y que mostró por primera vez en la galería Elvira González, en la exposición "Vida de pulpo". Ahora, hasta el 28 de marzo, es la protagonista del programa "La obra invitada" del Museo asturiano, que ya va por su 31.ª edición. Se expone resaltando sobre un fondo azul, en la sala 27 del edificio Ampliación. Luego, sin ese fondo y en el mismo lugar, quedará integrada en la exposición permanente, codeándose con los cuadros de Sicilia, Broto y Tapiès que, con algunos de sus contemporáneos, se exponen en el mismo recinto.

La obra ha quedado depositada en el Bellas Artes por un plazo inicial de cinco años, que podrán prorrogarse al acabar. Ha llegado a Oviedo después de haber sido expuesta en los Países Bajos, en una exposición dedicada al mar. El que Miquel Barceló representa en "Hiperbòlic" es, en palabras de Alfonso Palacio, "un mar tormentoso, removido, narrado desde la poética de lo sublime y de lo aterrador" y en él navega "una barcaza a la deriva con esos personajes a la manera de espectros".

El director del Museo contó que, aunque Barceló "no ha querido hacer nunca de su obra un instrumento político", sí ha reconocido que "cuando realizó este cuadro estaba muy influenciado por todas esas noticias de migrantes que atrataban de atravesar el Mediterráneo para llegar al sur de Italia" y que naufragaban, "convirtiendo ese mar en un auténtico cementerio de la humanidad".

"Hiperbòlic" evoca las pinturas que Barceló hizo en Mali, en los años 90, y recuerda algunas de sus ilustraciones del ciclo de "La divina comedia". En ella, Alfonso Palacio también encuentra ecos de "La balsa de la Medusa", de Géricault, que el mallorquín, con residencia en París, seguro ha podido contemplar en el Louvre.

Cristina Heredia, responsable de los programas didácticos del Bellas Artes, anunció diversas actividades de carácter educativo en torno a la obra durante los próximos meses, empezando por las visitas guiadas, la primera ayer mismo.

El director general de Patrimonio Cultural del Principado, Pablo León, que asistió a la presentación, manifestó su satisfacción por un depósito que "viene a enriquecer una de las grandes colecciones museísticas de España". La concejala Covadonga Díaz, también en el acto, expresó el decidido compromiso del Ayuntamiento de Oviedo con la pinacoteca regional: "Seguimos contando con este Museo y espero que el Museo siga contando con el Ayuntamiento".

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