Entrevista

Ramoncín: "Las canciones tienen vida propia y eso hace que aguanten el paso del tiempo, o no"

"Después de una carrera tan larga me siento un privilegiado por seguir en la música, y eso se lo debo a los fans, mi premio son ellos"

El cantante madrileño Ramoncín.

El cantante madrileño Ramoncín. / EFE

Elena San Emeterio

José Ramón Julio Márquez Martínez, más conocido como Ramoncín (Madrid, 68 años), ha estado ligado al mundo del espectáculo desde su debut en 1978 con "Ramoncín y W.C.?" su primer álbum de estudio. Artista polifacético, ha compuesto canciones, actuado en películas y series de televisión e incluso publicado un diccionario de jergas, "El nuevo tocho cheli". En unos días estará en Asturias, para dar un concierto en Oviedo, en la sala Tribeca, el 3 de febrero, a las 20.30 horas.

¿Tiene ganas de volver a Asturias?

La verdad es que sí. Durante una temporada fuimos mucho, y hace como tres años, algo antes de la pandemia, estuvimos en Avilés. Fue un concierto fabuloso, así que tocar en Oviedo me apetece muchísimo. Todos los de la banda estamos muy felices con esta gira. Cuando haces algo que te gusta no quieres hacer otra cosa. Además, mi padre era de Gijón, está enterrado allí y en Gijón vive también mi hermano, así que tengo allí una parte de mi familia y mi vida. Ir, ver a la familia y tocar es el plan perfecto. No imagino un plan mejor para mí ese fin de semana y espero que a la gente le pase igual.

¿Cómo se plantea el concierto?

Las canciones tienen vida propia y eso hace que puedan aguantar bien el paso del tiempo, o no. A veces también entran en una especie de hibernación. Una canción que has grabado hace mucho –porque yo grabé mi primer disco en el año 78–, que ha perdido el sentido, de repente lo recobra, encuentras motivos para explicarla y cantarla. Tengo mis dudas sobre si eso es bueno o malo, porque me da mucha rabia que cosas que andábamos reivindicando hace 40 años se tengan que seguir reivindicando ahora. A la hora de preparar un concierto lo que hago es revisionar mi música y seleccionar lo que encuentro más relevante. Tocamos canciones de todos los discos y de todas las épocas, pero acercándonos a los sonidos de ahora. El concierto se convierte tanto en un viaje por el tiempo como en una forma de expresar movidas que están pasando ahora. Además, tocamos temas nuevos, que todavía no se han grabado para ver cómo funcionan. Después de una carrera tan larga me siento un privilegiado por seguir en la música y eso se lo debo a los fans, mi premio son ellos.

Víctor Manuel celebró su 75 aniversario con una gira, ¿usted se ve sobre el escenario dentro de unos años?

Al poco de empezar, en los 80, ya me preguntaban: "¿Te ves dentro de 20 años?". Yo pensaba 20 años son muchos. Al cumplir los 30 te lo preguntan otra vez, y a los 40, y a los 50. No lo sé. Puede que haga una gira de despedida o que me retire en silencio, el tiempo lo dirá. Me parece maravilloso que Víctor, a sus 75 años, tenga la fuerza y las ganas de hacer una gira y dejarse ver.

¿Su canción favorita?

Si sólo pudiera dejar una canción sería "Miedo a soñar". Empieza con la frase "no hay trampa como la locura", que yo había oído en una película de los años 30 y me pareció muy potente. Lo convertí en "no hay trampa como la locura, no hay fuego como la pasión, ni torrente como la avaricia y la ambición...". Después, al encontrar la melodía, surgió la canción.

Mark Knoppfler dijo: "En cada guitarra hay una canción", ¿piensa lo mismo?

Yo no soy guitarrista, sí toco la guitarra para componer y en directo, para acompañar a la banda, hago guitarras de ritmo, pero entiendo lo que dice. Para mí es una lucha constante, me gusta, porque me obliga a esforzarme para encontrar un sonido. Y con el piano igual. Sin embargo, la armónica ya no guarda ningún secreto. Cojo cualquiera de las 30 armónicas que tengo y cuando me la pongo en la boca sé lo que va a sonar, se convierte en una compañera. Es difícil componer algo con una armónica, excepto que seas Larry Adler o alguno de los grandes armonicistas de la historia. En mi caso, el instrumento que manejo, sobre todo, es la voz. He aprendido a mejorarla, a corregir aquellos errores del principio, y ahora sé hasta donde puedo llegar. Y eso que es el peor instrumento porque no tiene un botón, no tiene un gráfico para ecualizar, ni efectos, eres tú el que produce el sonido. Si se rompe la cuerda de una guitarra o la tecla de un piano es posible cambiarlas, pero la voz es única.

¿Música, literatura o cine y televisión?

Lo único que no dejaría de hacer por nada es la música, pero creo que es muy estúpido no tratar de aprender otras disciplinas a lo largo de una vida, y yo llevo 45 años en esto. En ese tiempo he compuesto canciones, he hecho literatura, películas, filmes como "La rossa del bar" de Ventura Pons o "El aire de un crimen", una de las primeras que protagonizó Maribel Verdú, y me lo he pasado muy bien. También hice teatro, el año pasado debuté en el musical, nada menos que en el teatro clásico de Mérida. Y la tele es una cosa que se me da bien, entiendo los tiempos y hago televisión analítica desde un punto totalmente libre.

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