El Teatre Sans estrena ‘Mosca’, un grito ensordecedor contra el acoso escolar 

El espectáculo de Ártika, que ya ha recorrido ciudades como Madrid, Santiago de Compostela o Gijón, tendrá lugar este viernes y sábado a las 20:30

La obra ofrece una mirada alternativa sobre el 'bullying' al plantear cómo vive emocionalmente esta situación el entorno de las víctimas

La obra está basada en un hecho real.

La obra está basada en un hecho real. / Ártika

Alejandra Mateo

Desgarradora, imprescindible y extremadamente humana: así definen algunas críticas Mosca, la segunda producción teatral de la compañía viguesa Ártika, dirigida y escrita por Gustavo del Río y protagonizada por Fernanda Barrio, Martín Maez y Rocío Salgado, a los que se unirá Fran Lareu. Aunque esta atípica historia ya ha sido representada con anterioridad -y además con un éxito rotundo- en varias localidades de toda España, a Mallorca le llega su turno este viernes noche, 17 de noviembre. De carácter minimalista y compuesta por un reducido número tanto de personajes como de elementos escénicos, “se trata de un drama contemporáneo que fusiona partes corporales y otras de interpretación de texto ya que al representar un tema tan complejo como este muchas veces las palabras no alcanzan para significar lo que pretendes expresar y el cuerpo debe entrar en escena”, explica Rocío Salgado, una de las tres intérpretes. Por la propia naturaleza de su temática, en la obra se produce un inintermitente diálogo entre actores y espectadores, que no pueden evitar sentirse apelados por lo que se narra sobre el escenario.

La obra sepodrá ver este viernes y sábado.

La obra se podrá ver este viernes y sábado. / Ártika

Mosca, que por desgracia hunde sus raíces en el caso real de un niño de tan solo doce años que se quitó la vida en 2012 tras haber sufrido acoso, se adentra en el complejo universo emocional de Pedro, un pequeño de su misma edad que es víctima de bullying en el colegio cuando se desvela que es homosexual. Ello le provocará un sufrimiento del que también serán partícipes sus seres más queridos: sus padres. Con audacia, sensibilidad y una clara perspectiva crítica, el espectáculo trata desde un lenguaje marcadamente gestual la lacra del bullying. Eso sí, lo hace a través de los ojos del entorno que rodea a la víctima para problematizar la falta de recursos sociales para poner fin al acoso, lo que contribuye a que el conflicto lejos de atajarse a tiempo se enquiste y se haga más y más profundo. 

Salgado reconoce que desde la compañía no ha resultado nada sencillo abordar un tema tan psicológicamente complejo y todavía latente en España. Para hacerlo, confiesa, “fue esencial apelar a la propia empatía”, ya que, “llevamos a cabo un proceso bastante intenso y duro a nivel anímico que supone volver atrás en el tiempo y curar heridas que antes no sabíamos ni que existían en el caso de quienes hemos sufrido situaciones parecidas a las que aparecen representadas”. Además de esta necesaria introspección, no ha faltado en la elaboración e interpretación de la obra un arduo proceso previo de documentación basado en el visionado exhaustivo de programas e informativos de televisión sobre casos reales de acoso escolar. Se trata de un tema todavía insuficientemente visibilizado que requiere de la colaboración activa de la los agentes culturales en su labor de concienciación y sensibilización social ya que, según datos del último estudio realizado por el ministerio de Educación y Formación Profesional sobre convivencia escolar, 9,53% del alumnado de Primaria indica haber sufrido acoso y el 9,2% ciberacoso en el colegio.

Esta obra se inserta dentro de la VIII Muestra Internacional de Teatro Independiente y Alternativo, que comenzó el día 21 del mes pasado y desde entonces ha contribuido a ensanchar el panorama cultural de la isla con representaciones tan diversas como El món fora del seu eix, de la compañía La Peixera, Les faldes de la meva vergonya, dirigida por Mariona Hauf, quien recupera los personajes femeninos épicos de Penélope y Calipso para explorar dramas internos del ser humano y el espectáculo en 3 dimensiones Agridulce, de la compañía Proscenio-Molotov. La muestra de Estudi Zero ha conseguido, un año más, dar a conocer propuestas insulares y nacionales de compañías independientes tanto emergentes como ya consolidadas.

Por su parte, Ártika, nacida después de la pandemia, ha brillado desde sus orígenes por su insaciable contribución al mundo del teatro a través de propuestas comprometidas con la educación en valores. Su primera producción, Los piratas del olvido, de marcado tono formativo, habla del alzheimer y sitúa su argumento en cómo enseñar a los niños a entender la enfermedad. En esta ocasión han optado por arrojar una férrea denuncia contra un sistema que deja desprotegidas a las personas -en su mayoría profesores- que están a cargo de la formación de los menores: “La educación actual está fallando, los maestros y maestras se encuentran solos, no tienen un psicólogo a disposición ni reciben cursos para poder atender a los chavales como Dios manda”, argumenta la actriz protagonista, quien añade que “aunque existen protocolos de actuación, es imposible llevarlos a cabo en aulas donde una profesora está sola con 30 preadolescentes”.