NIT DE L'ART 2023

Lin Utzon: «Todos bailamos al son de una melodía misteriosa»

Sant Francesc Hotel y CCA Andratx muestran hasta octubre una escultura cerámica de la artista

Lin Utzon, junto a su ‘Cosmic Dance’. | GRIMALT DE BLANCH

Lin Utzon, junto a su ‘Cosmic Dance’. | GRIMALT DE BLANCH / Soledad Bescós. Palma

Soledad Bescós.

Lin Utzon (Dinamarca, 1946), estudió́ y vivió́ en Sydney, Copenhague y Japón y actualmente reside en Felanitx. Trabaja en diferentes medios como porcelana, granito, azulejos y cemento, madera y laca, metal y vidrio, para encargos públicos y privados, exposiciones e instalaciones. Desde muy joven se interesó por el potencial inspirador de la naturaleza en un tipo de trabajo que empezó en Mallorca hace 22 años con obras pictóricas en blanco y negro.

En Sant Francesc Hotel se muestra una pequeña parte de una gran instalación de esculturas y pinturas llamada Cosmic Dance, en la que ha trabajado veinticinco años en Venecia, en París, en Dinamarca y aquí, en Mallorca. Fue decisión unánime entre Jackie Herbst del CCA y el hotel Sant Francesc el invitar a Lin Utzon para llevar a cabo una muestra para La Nit de l’Art de este año. «Queríamos presentar algo más grande, pero la entrada al hotel no nos lo permitió. He traído estas esculturas y estoy muy feliz de que la entrada sea más estrecha porque creo se ve perfecto en un patio tan hermoso». Las esculturas miden dos metros de alto y setenta centímetros de diámetro.

Cuando vino a vivir a Mallorca atravesó un tiempo complicado en el que buscaba una nueva dirección. «Tenía un nuevo estudio, muy blanco, no había mucho espacio y pensé ¿qué hago aquí? Empecé pintando piedras. Siempre he pintado la naturaleza: rocas, el mar, plantas, y la pintaba con el color de las rocas, pero no funcionaba. Un día hice muchas pinturas, retratos en negro y blanco, y pensé que haría algo en esos colores. Fue como si una puerta se abriera porque si miraba la naturaleza desde muy cerca, en negro y blanco, podía sentir su esencia, el baile cósmico», explica.

En sus primeros años solo trabajó con pinturas pero luego el CCA Andratx le propuso crear una muestra de siurells, un tema con el que había trabajado mucho en Mallorca. «Al volver a Dinamarca desde Australia, todavía joven, estudié en la academia de Arte y conocí a los propietarios de CCA pero no coincidíamos, o no hacía un trabajo lo suficientemente bueno. Luego me mudé a Mallorca y la Fundación Miró con Aurelio Torrente a la dirección, me propuso realizar una instalación de siurells en el jardín del museo. Los siurells son una artesanía que está muriendo en Mallorca y hay que revivirla. El proyecto finalmente nunca se hizo y dos años después Jacob Asbæk de CCA me preguntó si podía venir al estudio para ver el trabajo con los siurells y le fascinó. Así comenzamos esta trayectoria. Empecé a trabajar con el artesano mallorquín Pere Coll en esculturas de barro pintadas con yeso. Todas tienen ese movimiento que tiene la naturaleza. La exposición tuvo mucho éxito, casi 600 asistentes el día de la inauguración. ¡Vino hasta el príncipe Henrik de Dinamarca! Una frase de Einstein que para mi explica todo: - seres humanos, vegetación, animales, polvo cósmico. Todos bailamos al son de una melodía misteriosa entonada en la distancia por un flautista invisible», relata Utzon con emoción.

Lin Utzon hija del gran arquitecto Jørn Utzon, creador entre otros edificios de la Ópera de Sídney, llegó a Mallorca con sus padres, amantes del Mediterráneo. Cuando su padre ganó el premio por la Ópera de Sydney decidió buscar un terreno para adquirir. A través de unos amigos que vivían en Portopetro, encontró una tierra en la montaña en la que no había nada. Construyó una casa de verano y comenzó a venir con sus hijos durante las vacaciones de verano mientras trabajaba en otros países. «Cuando conocí a Hugues de Montalembert, mi marido francés, decidimos quedarnos por diez días. La gente me decía que no viviese en Mallorca pero a mí me encanta. Palma es una ciudad fantástica, la naturaleza es increíble, y no sientes la presión de otros lugares. Aquí puedes vivir, puedes trabajar, puedes hacer lo que quieras. ¡Y mis dos hijos aman Mallorca también! Vivo en mi montaña y no salgo muy a menudo, pero en referencia a la oleada de escandinavos que se mudan a Mallorca últimamente, supongo que es por la misma razón: porque la isla es preciosa, hay muchas posibilidades y, por ejemplo, en Dinamarca, cuando yo quiero hacer un trabajo de cerámica a esta escala, el coste es enorme comparado con aquí».

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