Novedad editorial

Un padre maltratador, bullying, relaciones tóxicas...: 15 claves de la biografía de Elon Musk

Este jueves se publica la exhaustiva y adictiva biografía del magnate tecnológico escrita por Walter Isaacson

Elon Musk, en un acto de presentación del Model X de Tesla.

Elon Musk, en un acto de presentación del Model X de Tesla. / X

Leticia Blanco / Ignasi Fortuny

El imperio de Elon Musk está valorado en cifras desconocidas para los terrestres. Su vida, desde hoy, está comprimida en poco más de 700 páginas. Este jueves se publica la exhaustiva y adictiva biografía del magnate tecnológico escrita por Walter Isaacson. Un repaso a la vida del niño crecido en Sudáfrica, del físico, del empresario, del multimillonario y del personaje a través de su propio testimonio y el de numerosas personas que durante sus 52 años se han topado con Elon Musk.

A continuación, 15 claves del libro escrito por el célebre biógrafo Walter Isaacson.

Dolor en el colegio y en casa

"Si nunca has recibido un puñetazo, no tienes ni idea de cómo afecta eso para el resto de tu vida". El niño Elon Musk sufrió las experiencias más dolorosas en el colegio. Era el más pequeño, el más bajito, le costaba captar los códigos sociales. No sentía la necesidad de relacionarse con los demás compañeros. Y se convirtió en blanco de matones, llegando a recibir palizas bestiales, según relata el libro. Pero esas heridas no eran sanadas en casa, donde su padre, Errol, las agrandaba a menudo con episodios de maltrato (también hacia su madre, de quien se acabaría divorciando). "Una tortura mental", define Elon. 

El padre y el "modo demoniaco"

El impacto de su padre en su personalidad es inmenso. Cuenta su primera mujer, Justine, que el empresario trató de sobrevivir apagándose emocionalmente. Así se protegía Elon de los insultos de su padre –algunos de los que menciona Justine son “retrasado” o “idiota”-, convirtiéndole en un ser insensible y, a su vez, amante del riesgo. También, claro, le creó aversión a la satisfacción. La vida es dolor, considera Elon. “Me modeló la adversidad”, dice el magnate. Todo, apunta la biografía, por el estrés postraumático que sufrió tras su infancia. Algunos ven restos de su padre en él cuando entra en un estado de ánimo que sus cercanos califican de “modo demoniaco”. 

"Mi hijo es un genio"

Maye Musk, la madre, decidió que Elon debía de ir al parvulario ya con tres años (uno antes de lo normativo en los 70 en Pretoria, Sudáfrica, donde vivían). A esa edad, relata el libro, empezó a manipular cohetes y explosivos en casa. El propio Elon confiesa que le sorprende no haber perdido ningún dedo durante su infancia. “Necesita a alguien más que yo para hablar. Mi hijo es un genio”, cuenta su madre que le dijo al director de la escuela. Pero, como le advirtieron desde el centro, fue un error. No prestaba atención, se pasaba la mayor parte del tiempo en trance y no hacía amigos. El director les llegó a decir en una reunión: “Tenemos motivos para creer que es retrasado”. 

De la autosuficiencia a la biblioteca

Los Musk se separaron y sus tres hijos, con su trabajadora madre, asumieron el poco control y la libertad para ser autosuficientes. Elon se convirtió en un chaval nocturno y que permanecía despierto leyendo libros, lo que le había causado problemas en la escuela. A los 10 años decidió ir a vivir con su padre. ¿Por qué? "Creía que debía de hacerle compañía", responde. También le atrajo a ese niño sin amigos la presencia varonil de su padre y una colección de enciclopedias, libros y un surtido de herramientas de ingeniería (profesión de Errol). 

Alguna juerga camino a Silicon Valley

Muchos años después, ya habiendo escapado de su padre (y de Sudáfrica) y habiéndose convertido en un buen estudiante en el instituto (aunque no el mejor, apunta la biografía), llegó a la universidad, donde se especializó en Física. En la de Penn, por cierto, también desarrolló el gusto por las juergas. Uno de los “tres modos de relajación” del magnate. El joven Elon hizo prácticas de verano en Silicon Valley y trabajó en una empresa de videojuegos en la que impresionó. Y se subió “a la ola de internet” que le llevaría poco a poco –y negocio a negocio- hasta Tesla (pasando, claro, por SpaceX y la colonización de Marte).  

El único inversor posible para Tesla

Un ya “multimillonario de internet” –así lo califica la biografía- Elon Musk se convirtió en el inversor ideal –y seguramente el único posible- para el proyecto que acabaría en Tesla, que inicialmente estaba en la mente de J. B. Straubel. Musk quería cambiar la idea que tenía la gente del coche eléctrico. “Nadie va a pagar nada parecido por algo que parezca una mierda”, dijo el magnate en las reuniones iniciales consciente de los elevados costes de este tipo de automóviles. El objetivo: un coche eléctrico de alto rendimiento. 

Relaciones tóxicas

Según Isaacson, Musk no está hecho para la tranquilidad doméstica. “La mayoría de sus relaciones románticas eran pura turbulencia psicológica”, la más angustiosa de ellas la que mantuvo con Amber Heard, que lo arrastró a un “vórtice de oscuridad” y de quien Musk dice que es “como el Joker de Batman”. Heard, por su parte, llegó a la conclusión estando con él que Musk “cultiva el drama para sentirse energizado”.

Parálisis depresiva

El periodo entre el verano de 2017 y el otoño de 2018 fue “el más infernal” de la vida de Musk, “18 meses de locura” por la sobrecarga de trabajo en Tesla, la ruptura con Heard y la noticia de que su padre había tenido un hijo con la mujer a quien había criado como hijastra. Fue la primera vez que Musk se planteó seriamente si era bipolar. “En los momentos de oscuridad emocional, Musk se zambulle en el trabajo de forma obsesiva”, explica Isaacson, con “zafarranchos” de hasta tres días seguidos trabajando sin parar, una “mentalidad fanática” que le exige a sus empleados.

Bocazas, bipolar, Asperger

Las veces que Musk se ha metido en un jardín por tuitear alguna locura son incontables y la biografía explica lo mucho que le cuesta pedir disculpas, como cuando llamó pedófilo a un crítico con la ayuda que envió a los chicos atrapados en la cueva de Tailandia, o cuando tuiteó que estaba pensando en sacar a Tesla de Bolsa y la SEC le abrió una investigación, “típico comportamiento bipolar de riesgo extremo” que nunca ha gustado a los accionistas. Hizo historia al ser la primera persona con Asperger (o la primera en admitirlo) en hacer un monólogo en Saturday Night Live. “No es posible estar en una constante lucha por la supervivencia, siempre en modo adrenalina, y que no te haga daño”, apunta Isaacson en el libro. 

La compra de Twitter, un impulso anti-woke

Del porro que se fumó con el podcaster antivacunas Joe Rogan a frecuentar los círculos del libertario Peter Thiel y Jordan Peterson o lanzar tuits como “Toma la pastilla roja”, frase célebre de ‘Matrix’ adoptada por los teóricos de la conspiración y los activistas del Movimiento por los Derechos de los Hombres. Musk ha pasado de ser fan de Barack Obama al fervor anti-woke y a reunirse con populistas de derechas como Jair Bolsonaro o Meloni. En su afán por liberar al mundo del “virus mental woke” se encuentra el impulso que le llevó a comprar Twitter. “¿Vas a liberar Twitter de la alegre banda de la censura?”, le dijo por mensaje Rogan antes de oficializar la compra. Isaacson define la adquisición como la exhibición más cara de su impulsividad y la relaciona con “un anhelo psicológico personal” de controlar el patio de recreo definitivo que es la red social tras una infancia en la que se sintió acosado y humillado. 

Jair Bolsonaro con Elon Musk este viernes en Porto Feliz, en la Amazonia.

Jair Bolsonaro con Elon Musk este viernes en Porto Feliz, en la Amazonia. / KENNY OLIVEIRA

Bromas escatológicas

“El modo payaso de Musk es el reverso de su modo demoníaco”, explica Isaacson, que describe “su pueril inclinación por los sonidos de pedo que vienen programados en los Tesla, los emojis de caca y otras manifestaciones de humor escatológico”. Los Tesla tienen una “aplicación de pedos” que permite al conductor apretar un botón y hacer que el asiento del pasajero suelte un sonido de ventosidad cuando alguien se sienta. “Quizá sea mi mejor obra”, le confiesa a Isaacson. También es un gran fan de Monty Python y de Douglas Adams. En 2018, en plena crisis mental, lanzó su viejo Tesla rojo al espacio con un ejemplar de ‘Guía del autoestopista galáctico’ dentro. 

Su historia de amor con Grimes

A Claire Boucher, pareja Guadiana y madre de tres de sus 10 hijos, una exitosa artista de música electrónica y dreampop, la conoció a raíz de un tuit sobre el basilisco de Roko (un experimento mental que predice que la IA acabará torturando a cualquier humano que no la ayude). En su primera cita, él la llevó una fábrica de Tesla y le hizo un examen sobre ‘El Señor de los anillos’ que ella aprobó con nota; ella le regaló una caja con huesos de animales. Juntos escuchaban el pódcast ‘Hardcore History’. Lo han dejado en numerosas ocasiones. “Cuando alguien tiene depresión o ansiedad, empatizamos con esa persona. Pero si es una persona con Asperger, lo que decimos de ella es que es gilipollas”, dice sobre él. “No tienes que vivirlo todo abrasadoramente todo el tiempo” es otra de las frases que suele decirle. En el libro se desvela que Grimes no sabía Musk era el padre biológico de los gemelos de la directora de operaciones de Neuralink y gran amiga de Musk, Shivon Zilis, que nacieron casi al mismo tiempo que su tercer hijo. Zilis coincidió en el mismo hospital que la madre por vientre de alquiler de Grimes y Musk. 

Elon Musk y Grimes, en la gala Met en la que hicieron oficial su relación en 2018.

Elon Musk y Grimes, en la gala Met en la que hicieron oficial su relación en 2018. / Agencias

La relación con sus hijos

La vida de Musk se transformó en mayo de 2020 con la llegada de su hijo X, el primero de los que tuvo con Grimes. “Transmitía una dulzura etérea que a Musk lo calmaba”, escribe Isaacson. Musk se lo suele llevar a sus reuniones (lo tiene en el regazo), en sus viajes en jet privado y a caballito por las fábricas de Space X y Tesla. Ven juntos vídeos de lanzamientos de cohetes y X “aprendió a contar atrás desde diez antes que a contar de uno en adelante”. Musk tiene un total de diez hijos. Saxon, su hijo con autismo, está especialmente unido a X. Damian es más introvertido, a los ocho anunció que era vegano y es un prodigio de la música clásica y las matemáticas. Kai es el más extrovertido y el que suele acompañar a Elon a los lanzamientos en Cabo Cañaveral. Otro hijo, Xavier, se ha declarado trans (hoy es Jenna) y radicalmente anticapitalista. Musk vendió todas sus casas y decidió vivir con menos lujos para que le volviera a dirigir la palabra. No funcionó. 

Elon Musk junto X Æ A-12, es su primer hijo con la cantante Grimes.

Elon Musk junto X Æ A-12, es su primer hijo con la cantante Grimes. / CHRISTIANA MUSK/TWITTER

Su implicación en la guerra de Ucrania

Una hora antes de que Rusia invadiera Ucrania, el 24 de febrero de 2022, Moscú lanzó un ataque contra Viasat, el sistema de satélites e internet del país. Musk accedió a las desesperadas peticiones del viceprimer ministro ucraniano y Zelenski y se convirtió en uno de los grandes apoyos enviando más de 2.000 satélites de Starlink de forma gratuita a Ucrania. Pero decidió cortar el suministro de internet al enterarse de un ataque de drones submarinos ucranianos a la flota rusa en Crimea al ver la operación como un posible Pearl Harbour que habría provocado una escalada de la violencia al siguiente nivel, el nuclear. Este episodio le ha granjeado grandes críticas y el aplauso reciente de Putin. 

La "peculiar" obsesión con Marte

Además del pique con Jeff Bezos en la carrera espacial, a Musk le excita la rivalidad con grandes magnates como Bill Gates, que en el libro hablar bien y mal de él. Tacha a obsesión con Marte de “peculiar”: “Es un planteamiento bastante loco en el que, si se produce una guerra nuclear en la Tierra y hay gente en Marte, pues esa gente volverá a la Tierra y seguirá viva después de que todos los demás nos hayamos matado unos a otros”. También dice de él que “no hay nadie que haya hecho más para impulsar los límites de la ciencia y la innovación que él”.

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