Lluc es la recompensa de los casi 7.000 participantes de la Marxa des del Güell

Entre los numerosos jóvenes, familias y gente mayor que han realizado la caminata estaba Joana Fuster, de 76 años, la persona de más edad que ha completado los 48 kilómetros a pie desde Palma

Joan Pons

La marcha Des de Güell a Lluc a Peu acaba de alcanzar su 49 edición. Un año más desde sus inicios dicha caminata va reuniendo a miles de personas que se dirigen al Santuario de Lluc con la finalidad de poder mostrar la satisfacción de haber conseguido su propósito de recorrer los 48 kilómetros que separan Palma de Lluc.

Como viene sucediendo a lo largo de los últimos años, la juventud se convierte en la protagonista del recorrido. No obstante, entre los marxaires hay quienes ya de una avanzada edad se suman a ellos desde hace años, así como familias enteras y grupos organizados que no quieren perderse la tradición que iniciaron.

Entre ellos estaban Joana Fuster, de 76 años, que fue la persona de mayor edad inscrita en la tradicional caminata y la realizó completa acompañada por su hijo. Tal como contó, era la segunda vez que participaba en el evento.

El frescor de la noche

El frescor de la noche, así como la luz de la luna, acompañaron a los protagonistas de la noche, lo que ocasionó que el recorrido fuera más ligero y que algunos llegaran antes del amanecer, siendo recibidos por los organizadores y el prior del santuario. En todo momento los participantes estuvieron acompañados por los servicios de seguridad de la marcha.

La plaza dels Peregrins y sus jardines sirvieron para el descanso, hasta iniciar el regreso mediante los autocares habilitados hasta Inca y desplazarse después en tren hasta Palma.

En esta edición los participantes tomaron la salida desde diversas localidades, coincidiendo todos ellos en el tramo final de Caimari a Lluc, donde se les facilitaba el diploma de haber culminado la caminata. Este año han sido muchos más que el año pasado los que han llegado a la meta porque la recompensa bien lo merecía: Lluc y el placer de haber recorrido los 48 kilómetros a pie.