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Michael Fabiano, tenor invitado al Festival Cap Rocat en Mallorca: «A la hora de elegir un personaje, valoro mucho saber entenderlo, conocer su manera de ser»

El solista norteamericano reside en Madrid desde hace años por ser una ciudad «llena de oportunidades»

Michael Fabiano.

Michael Fabiano. / © ELENA CHERKASHYNA

Pere Estelrich i Massutí

Pere Estelrich i Massutí

El tenor americano Michael Fabiano cantará el rol de Turiddu en la versión de concierto de Cavalleria Rusticana que el próximo día 4 se ofrecerá en la primera jornada del festival de música Cap Rocat.

Empezó estudiando ciencias económicas para luego pasar al canto ¿Cómo fue ese cambio?

Cuando empecé en Michigan a estudiar Economía, ya me interesaba la música, así que decidí compaginar las ciencias sociales con el canto. Empecé clases con George Shirley, uno de los grandes de su tiempo y el primer tenor negro que cantó un rol protagonista en el Metropolitan. Esa decisión cambió mi vida y mi camino profesional, pues a los cinco minutos de conocernos, Shirley ya me dijo que tenía un instrumento privilegiado, un don natural que debía trabajar y que mi camino debía ser el de la música, pues tenía una responsabilidad social, la de compartir mi voz con la sociedad. Primero quedé confundido, pero después de cinco o seis clases, dejé la economía y cambié el rumbo de mi vida.

Al inicio de su carrera se presentó y ganó algunos de los más prestigiosos premios en concursos de canto ¿Qué significó para usted?

Realmente nada o muy poco. Gané dinero, eso sí, pero nada más. Los concursos sirven solamente para coger tablas a la hora de cantar ante un público, pero la verdadera carrera empieza cuando trabajas una obra y te enfrentas a ella.

Últimamente ha fijado su residencia en Madrid ¿qué le ofrece la capital española?

Cuando tenía veinticinco años vine a Madrid para una audición para el que era en aquel momento director del Teatro Real, Gerard Mortier, y fue entonces cuando decidí pasar mi residencia en aquella ciudad, pues me pareció llena de vida, de oportunidades y de color. Nada comparable a vivir en Londres o París. Además, viviendo en Madrid puedo trabajar más en Barcelona o Bilbao, dos ciudades con teatros de ópera excelentes.

Le ofrecieron roles como el de Manrico y los rechazó hasta que cumplió cuarenta años ¿Cómo de importante es seleccionar el repertorio?

Diría que la evolución es diferente para cada cantante, cada uno tenemos nuestro camino, ahora bien, es muy importante en una carrera de canto saber lo que es bueno y lo que no lo es para tu voz. Lo que es bueno para mí, puede no serlo para otro. En mi caso a la hora de elegir cantar un personaje valoro mucho saber entenderlo, conocer su manera de ser, su carácter. He cantado varias veces el Hoffman de Los cuentos de Hoffman y al final he dejado de hacerlo pues no entiendo el personaje, no sé cómo ni por qué actúa como lo hace. Para seleccionar un papel me pregunto primero si lo entiendo bien como persona. También miro si mi color de voz es apta para ese personaje. No canto por cantar, canto para identificarme con el rol.

Donizetti fue su compositor preferido en sus comienzos ¿qué tiene ese músico que le interesó desde el primer momento?

Dos cosas, es un compositor que crea el camino hacia Verdi y que es el rey del bel canto, una manera de cantar que ayuda mucho a los que empiezan, que enseña mucho a las voces jóvenes. Cantando Donizetti desarrollas muy bien la técnica.

¿Y Puccini?

El bel canto también te lleva a Puccini.

Ha confesado que no descarta cantar papeles de Wagner.

En el futuro no descarto hacerlo, tengo en mente los roles de Lohengrin y Parsifal. Pero de hacerlo, será más adelante.

¿Cómo es su Turiddu?

Lo entiendo como un personaje que ha vivido lo horrores de la guerra como soldado y que al regresar a su ciudad ve su entorno y sus seres queridos de otra forma. El haber sido soldado le ha cambiado. Tengo empatía por él, pues vive una historia cruda que bien podría haber sido real.

Viene de cantar Calaf de ‘Turandot’ en Madrid. ¿Se prepara diferente ante cada personaje?

No. Preparo todos los papeles siguiendo el mismo esquema, primero canto la música, la aprendo y luego pongo las emociones propias del personaje.

¿Cómo es vivir con el instrumento incorporado al cuerpo?

Soy como un asceta, pues durante los once meses que trabajo al año no fumo, no bebo, no voy a fiestas, me quedo en casa, cocino mis cenas y almuerzos, voy al gimnasio; todo para protegerme. En el fondo, llevo una vida muy aburrida, pero es mi obligación hacia el público.

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