Pato Conde y sus personajes sin género que «permiten ver sin filtros y empatizar más con ellos»

El colaborador de Diario de Mallorca y Mongolia publica ‘Más allá del más acá’, una analogía con la Tierra en la que reflexiona sobre la inmigración, la adoración al líder y la inmortalidad

Pato Conde: "El espacio exterior del libro es una analogía de lo que tenemos en la tierra"

M. Mielniezuk

Raquel Galán

Raquel Galán

«Lo primero que me rondaba por la cabeza era la idea de crear un personaje que no tuviera un género ni forma definida, que no pudiese decir si era una persona o un animal, con el fin de contar cualquier tipo de historia desde un punto de vista neutro», relata el viñetista Pato Conde. Surgieron así sus conos en blanco y negro, que él llama marcianos «por una cuestión de nostalgia ochentera, ya que todo lo que procedía del espacio eran marcianos». Desde 2015 los publica en redes sociales bajo el título Historias del espacio exterior, donde hace «reflexiones filosóficas sin hacer filosofía». Tras añadir personajes y saltar a la viñeta dominical de Diario de Mallorca, ahora todos ellos tienen un contexto y un argumento en el libro Más allá del más acá, que el cofundador de Mongolia Darío Adanti presentó ayer en la librería palmesana Drac Màgic.

El universo de esta publicación «es una analogía con la Tierra, no hay que rebuscar demasiado», añade, para entender que habla de temas como «la inmigración, la política y la religión, donde entra la adoración al líder, además de la inmortalidad, porque una de las características de los personajes es que saben cuándo van a morir y por eso afrontan la vida de una manera muy diferente», según destaca Pato Conde. Y al carecer de género, los lectores «pueden ver sin filtros. El problema es que nos cuesta quitarnos esas gafas y entender las cosas desde otros puntos de vista».

Pato Conde con ‘Más allá del más acá’ adorado por los sectarios, los personajes del libro que siguen al líder. | MANU MIELNIEZUK

Pato Conde con ‘Más allá del más acá’ adorado por los sectarios, los personajes del libro que siguen al líder. / MANU MIELNIEZUK

Cuenta que otra consecuencia inesperada de sus marcianos es que «al ser tan diferentes, parece que la gente empatiza más. Un día mi vecina me dijo de una viñeta: «es que las mujeres somos así». Y yo me pregunté, ¿por qué cree que es una mujer la que habla? Yo me atrinchero en la idea de que mis personajes espían a los humanos, repiten sus comportamientos y costumbres y luego surge lo que surge. Frases muy estereotípicas se resuelven de una manera que quizás es absurda, cómica, por eso precisamente, ya que repiten lo que ven sin saber realmente lo que están haciendo. Da igual si es hombre, mujer, animal u otro ser cualquiera, porque etiquetar es poner límites», en palabras del autor de Más allá del más acá.

Esclavizados

La historia, con escasos diálogos y dibujos minimalistas, se inicia con la llegada de un humano al nuevo planeta, en el que también viven otra clase de inmigrantes procedentes de asteroides. «Hay dos tipos, el humano sería como el europeo o nórdico que viene a Mallorca y no tiene problemas, mientras que los demás poseen en su interior una materia prima que los marcianos necesitan y por eso acaban siendo esclavizados. Ahí está la lectura», avanza quien se pregunta «por qué la palabra inmigrante tiene una connotación despectiva y no se aplica a un residente extranjero británico o alemán, por ejemplo, cuando tal vez ni tributan aquí».

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