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Los galeristas mallorquines comienzan ARCO 2022 con optimismo y buen nivel de ventas

La Galería Pelaires, Horrach Moyá, Baró Galería, Fran Reus, L21, el Institut d’Estudis Baleàrics y Kewenig completan la presencia balear

«Hay buenas previsiones y las ventas han empezado antes incluso de abrirse oficialmente las puertas de ARCO 2022, como nos ha sucedido a nosotros con dos cuadros del mallorquín Gori Mora, que han adquirido coleccionistas internacionales», confiesa Federic Pinya, de Pelaires. «Nosotros hemos vendido ya tres obras del artista que presentamos en esta feria, el catalán Carles Congost», incide Juan Antonio Horrach Moyá. Mar Juan, de la galería Fran Reus, también observaba en las primeras horas de esta cita cultural «muchas ganas de comprar y mucho coleccionista extranjero». En L21, Baró Galería o Kewenig la actividad también ha sido incesante durante toda la jornada. «Las perspectivas de ventas son inmejorables. Hemos comenzado muy bien», han repetido uno tras otro los galeristas mallorquines presentes en la feria internacional de arte contemporáneo de Madrid.

Mientras, el alcalde de Sant Llorenç, Pep Jaume, visitaba el espacio que la artista mallorquina Amparo Sard dispone en ARCO, bajo el auspicio de Baró Galería, recientemente instalada en Mallorca. Allí se encuentran las manos gigantes, pesadas e inmóviles, de la serie Help, obra que subvencionada por la Fundación La Caixa se instalará en la ‘zona cero’ de la torrentada que en 2018 arrasó la localidad.

En el espacio de Sard también destaca un árbol gigante, todo en negro, y la revolucionaria pieza producida en colaboración de la Escuela Universitaria Adema llamada Autorretrato Háptico. Un NFT, que trasciende lo visual y pasa a táctil, creando una nueva tendencia en el mundo del arte. Un trabajo donde el espectador puede perforar él mismo la pieza y tener la misma sensación táctil del proceso gracias a la realidad virtual 3D háptica y holográfica y que entra de lleno en el mundo del metaverso.

ARCO Madrid 2022 se ha inaugurado este miércoles con el propósito de olvidar la pandemia y volver a ser lo que fue. «Vuelve la feria que conocimos», dice su directora, Maribel López, tras dos años que han supuesto un duro mazazo para el mercado del arte contemporáneo, ya que el 80% de las galerías españolas asegura haber perdido dinero en este tiempo y las ventas en las ferias de arte contemporáneo han caído en torno al 40%.

Dos años, igualmente, en los que el arte ha vivido su particular revolución digital con la aparición de los NFT (Non Fungibles Tokens), que ya en 2021 movieron 3.500 millones de dólares a nivel mundial. Y este año habrá NFT, un archivo informático que incluye una obra de arte, a la venta en ARCO, aunque ya en julio de 2021 se vendió un NFT de Solimán López en la feria por 14.500 euros. Pero la oferta se amplía y en esta edición serán cuatro galerías las que apuestan por la venta de obras de arte como un link.

En la feria de antes de la pandemia, la que se celebró pocos días antes de que el país se cerrara por completo el 13 de marzo de 2020, participaron 200 galerías y accedieron al recinto de Ifema 95.000 personas. Ahora, participan en la feria, que durará hasta el domingo en los pabellones 7 y 9, en los mismos en los que se montó el hospital de campaña en lo más duro de la pandemia, 185 galerías de 30 países y se espera que los visitantes se acerquen a los de febrero de 2020.

Una feria, en fin, fundada en 1982 y que conmemora este 2022 las 40 ediciones que cumplía el año pasado, pero cuya celebración quedó disminuida por las reducciones de aforo por el coronavirus que acompañaron a su edición de julio de 2021. Así, ARCO llega a su edición 41 a la que pone el nombre de 40 (+1) y en la que se rinde homenaje a las galerías que han estado en la feria en estas cuatro décadas.

Y una de esas galerías que no ha faltado es la mallorquina Pelaires, inaugurada en 1969 por Pep Pinya, y la primera galería de arte contemporáneo que se abrió en España. Pelaires, junto Horrach Moyá, Baró Galería, Fran Reus y L21 completan la presencia de Balears en ARCO a la que se suma también la alemana Kewenig, con sucursal en Palma.

«Traemos una larga lista de artistas habituales y ya clásicos en la galería», explica Federic Pinya, «pero como novedades tenemos a Gori Mora, un artista mallorquín que vive en Glasgow (Escocia) y cuyas dos piezas ya se han vendido a colecciones internacionales, Ana Laura, que presentamos por primera vez en ARCO, Alain Urrutia, Carlos Irijalba...». Para el director de Pelaires, «hay muy buena respuesta de entrada y hay ganas de volver a recuperar la dinámica artística». Para Pinya «es un orgullo» estar entre las 20 galerías homenajeadas por llevar en ARCO desde sus comienzos, pero remarca que «en España todavía necesitamos que se creen campos que protejan nuestro sector, el mercado, y que realmente se apoye a la cultura de una forma mucho más contundente».

Y si la lista de artistas presentados por Pelaires en ARCO 2022 es larga, la segunda galería más veterana de las islas presente en la feria, Horrac Moyá, apuesta por un solo artista, el catalán Carles Congost, que llena de color y un evolucionado pop-art el espacio de la galería. «Venimos con ilusión y esa ilusión se ve en las ventas y el hecho de presentarnos con un solo artista nos resulta mucho más sencillo a la hora de crear un diálogo coherente y único y veo que la propuesta está gustando y es de lo que se trataba», aseguró Juan Antonio Horrach.

Mar Juan, de Fran Reus, considera que ofrece en ARCO un panorama amplio con, entre otros, el mallorquín José Fiol o Abel Jaramillo. «Un proyecto basado en esta idea de un sujeto dentro de la historia y artistas que trabajan el sujeto mirando hacia el futuro».

Mientras, la actividad no cesaba tampoco en Baró, en Kewenig o en L21, que como habitúa, y conmemorando su décimo aniversario, desarrolla un proyecto específico que juega con lo doméstico y se llama 5 es un número par. Fabio Viscogliosi, que es un artista de la galería, ha desarrollado un proyecto hecho con papel pintado en el que se recrea un ambiente doméstico en el que invitan a otros artistas de la galería, como los mallorquines Ian Waelder o Fátima de Juan.

También está presente el Institut d’Estudis Baleàrics, que participa con un stand propio, situado en la sección ARCO Espacios Culturales, en el que se muestra el proyecto expositivo que se ha seleccionado para representar a las Islas: Spleen de Teherán. Cámara lúcida, de Núria Marquès, comisariado por Alexandra Laudo.

No faltan, lógicamente, en esta edición artistas mallorquines ya consagrados como Bernardí Roig o toda una estrella del arte contemporáneo como Miquel Barceló. El de Felanitx tiene este año una presencia en la feria un tanto sui géneris ya que la compañía de seguros Allianz, uno de los patrocinadores de ARCO, sortea entre sus clientes la obra Fletan, una litografía creada por el artista en 2010, exclusiva y limitada, ya que solo existen 30 unidades, valorada en 7.500 euros, firmada por su autor, e inspirada en uno de los mayores desafíos de su carrera artística, como fue el proceso creativo de la cúpula de la Sala de los Derechos Humanos y de la Alianza de las Civilizaciones de la ONU en Ginebra.

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