Novela negra

El teléfono lo carga el diablo

Félix G. Modroño denuncia en Sol de brujas los peligros de las redes

sociales para los preadolescentes

Félix G. Modroño.

Félix G. Modroño. / ARCHIVO F. G. M.

Tino Pertierra

Félix G. Modroño explica que Sol de brujas es como llaman «los viejos cántabros a ese sol engañoso entre nubes que aparece los días que elige el demonio para casarse, según los supersticiosos. Hace tiempo que buscaba una excusa para escribir una novela negra contemporánea fiel a cánones clásicos y con referencias al cine polar francés, de personajes fatalistas que se mueven con naturalidad por escenarios corruptos. El conocimiento de un caso cercano de acoso escolar, tanto en el colegio como a través de las redes, que coincidió con el caso del suicidio de una niña acosada, me llevó a escribir esta novela».

También conocía a «policías reales, alejados de los estereotipos de investigadores viciosos o atormentados. Quería escribir sobre personajes que fuesen personas normales, sin injerencias de series americanas. Llevar cuatro años viviendo en Santander y conocer en profundidad la ciudad me facilitó recrear la ambientación. Mi objetivo es que los lectores no solo disfruten con la trama, sino que se sientan parte de ella. De ahí que trate de despertar percepciones sensoriales más allá de la vista. En mis novelas hay olores, música, recuerdos…»

Sol de brujas arranca con la imagen de la cubierta: «una niña colgada de la Grúa de Piedra, todo un emblema en Santander, con lo que es evidente que el asesino quiere exhibir su crimen. La joven viste un uniforme colegial, tiene la boca cosida y los pulgares amputados. Es hija de un narcotraficante colombiano, por lo que la investigación, que corre a cargo de Alonso Ceballos, un veterano inspector local, comienza en su entorno. Le acompaña Silvia Martín, una joven subinspectora procedente de Tierra de Campos, a la que su jefe llama la Mesetaria. Poco a poco, ella irá ganando presencia en la novela, hasta convertirse en la protagonista de la misma».

FÉLIX G. MODROÑO. Sol de brujas. Destino, 368 págs., 19,90 €.

FÉLIX G. MODROÑO. Sol de brujas. Destino, 368 págs., 19,90 €. / Tino Pertierra

Una «clara denuncia de la sobrexposición de los preadolescentes en las redes sociales y los peligros que conlleva, sin que sus padres, por lo general, sean conscientes. Para documentarme, he contado con el asesoramiento de los máximos responsables de la Jefatura Provincial de Cantabria, pero también con agentes especializados en este tipo de casos, así como con la ayuda de educadores, forenses, jueces y, sobre todo, de algunos adolescentes cuyos testimonios han sido tan sorprendentes como explícitos. Lo que me ha llevado a conocer que muchos de ellos llevan una doble vida virtual, empujados por la atracción de la transgresión y de la clandestinidad, lo que resulta muy peligroso. El teléfono es un arma que se pone en manos de los niños sin enseñarles a disparar. Y ello provoca, entre otras cosas, una precocidad alarmante ante la violencia y el sexo». Su intención es que «fuese una novela negra muy entretenida, apta para leer frente al Cantábrico, pero que alertase sobre este problema que la sociedad no tiene interiorizado, por lo que no sabe cómo afrontarlo».

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