La asesina de Sineu: «No sé si mi tía estaba muerta cuando la metí en la maleta»

La mujer que mató a la anciana de 91 años afirmó ante el juez que su familiar «tenía episodios de rabia y locura» al pasarle los efectos del fentanilo

«Había bebido mucho. Perdí el control. Creo que ella estaba en el suelo y le clavé el cuchillo», relató

La acusada podría afrontar prisión permanente por la vulnerabilidad de la víctima

Antonia S.G., la autora confesa del crimen de Sine, al ser puesta a disposición judicial.

Antonia S.G., la autora confesa del crimen de Sine, al ser puesta a disposición judicial. / Guillem Bosch

Marcos Ollés

Marcos Ollés

La mujer que mató de una cuchillada a su tía de 91 años en Sineu admitió ante el juez que no comprobó si la víctima todavía vivía cuando la metió en una maleta para llevarla a Palma. «La vi inconsciente, sangrando, y decidí trasladarla. No sé si estaba muerta. Cuando llegué a Palma la saqué de la maleta. Vi que estaba fallecida y llamé al 061», relató Antonia S.G. en su declaración judicial, a la que ha tenido acceso este diario. La acusada dijo que estaba «agotada mentalmente» por los cuidados a su familiar. «Mi tía tenía episodios de rabia, de locura, al pasarle los efectos del fentanilo», dijo sobre el potente fármaco analgésico que la anciana tenía prescrito para la «artrosis con dolores fuertes» que padecía.

La autora confesa del crimen, de 53 años, explicó que convivía con su tía y su hijo en Palma y que decidió irse unos días con la anciana al piso de Sineu. Sobre lo ocurrido el pasado 14 de abril dijo tener «flashes», pero narró con claridad lo ocurrido. «Mi tía estaba comiendo y empezó a vomitar», aseguró. Según su versión, era una situación habitual por los efectos secundarios del medicamento. «Se cayó para abajo y se golpeó en el suelo. La levanté, empezó a vomitar otra vez y volvió a caerse», contó. «La dejé tumbada en el suelo. Yo estaba destrozada, agotada mentalmente. No sabía qué hacer», afirmó.

«Había bebido mucho. Perdí el control. Creo que ella estaba en el suelo y le clavé el cuchillo», narró la acusada. Antonia S.G. aseguró que no fue a buscar el arma a la cocina, sino que la cogió de la mesa en la que acababan de comer y dijo no recordar si también golpeó a la víctima. Tras la agresión, optó por llevarse el cuerpo de la vivienda.

«La vi inconsciente y decidí trasladarla a Palma. No sé si mi tía estaba muerta. La trasladé en una maleta y en mi coche. No me ayudó nadie», dijo a preguntas del juez. Cuando llegó a su domicilio de la calle Passatge Son Real, en Palma, entró con el vehículo en el garaje. «La saqué del maletero y de la maleta, vi que estaba muerta y llamé al 061. Tardaron dos horas en venir», indicó. La acusada reconoció que cuando la Policía llegó a la vivienda, trató de engañarles y les dijo que su tía se había caído por las escaleras, pero acabó confesando el crimen.

Antonia S.G. repitió varias veces que acuchilló a su familiar porque perdió el control y aseguró que sufre problemas mentales. «No soy consciente y la cabeza se me va», dijo. La mujer explicó que hace tres años dejó de trabajar para cuidar de sus padres, de 86 y 88 años, y su tía, que convivían en la vivienda de Palma. Su madre murió con un alzhéimer en fase terminal en diciembre de 2021. «Estaba sola y sin apoyo. Cuando me recuperé un poco, en agosto pasado, murió mi padre de un infarto», señaló. Según su versión, esta situación familiar le ha causado «una depresión constante» y problemas con el alcohol que nunca se ha tratado. «Ahora siento culpa. Quiero ponerme en tratamiento para salir de este estado mental. Estoy arrepentida», apuntó para cerrar su declaración ante el juez. El magistrado acordó, como solicitó el fiscal, su ingreso en prisión preventiva sin fianza por un delito de homicidio.

Prisión permanente

A la espera del avance de la instrucción, fuentes jurídicas han señalado que Antonia S.G. podría acabar enfrentándose a una acusación de asesinato y una petición de prisión permanente revisable por parte de la Fiscalía.

El Código Penal contempla la cadena perpetua para los asesinatos en los que la víctima sea «una persona especialmente vulnerable por razón de su edad, enfermedad o discapacidad», entre otros supuestos.