Gabriel L.G. tiene una empresa de alquiler de coches en Magaluf, pero no posee ningún vehículo. Aunque eso no parecía un gran inconveniente para este hombre de 38 años que, según la Policía, se dedicaba a coger los vehículos que dejaban los clientes de otras empresas de ´rent a car´ con las llaves puestas en el aparcamiento del aeropuerto, los alquilaba durante unos días y los volvía a dejar en el mismo sitio. El negocio le duró hasta el pasado martes, cuando fue sorprendido por los policías cuando acababa de dejar uno de los coches sustraídos en un descampado junto a su local.

La detención de este empresario, que tenía ya antecedentes por robo y falsificación de matrículas, es fruto de una investigación desarrollada durante meses por los agentes de la Policía Nacional del aeropuerto de Palma.

A principios de verano se había detectado un notable incremento en la sustracción de los coches de alquiler que diversas empresas tenían en el aparcamiento del aeropuerto. Los coches desaparecían después de que los clientes los estacionaran en el aparcamiento con las llaves puestas. Los vehículos aparecían pasados unos días en la misma zona, lo que llevó a pensar que sus últimos usuarios, turistas todos ellos, no sabían bien dónde los habían dejado.

El pasado lunes, el encargado de ´rent a car´ del aeropuerto que acababa de denunciar la sustracción de uno de sus coches, lo vio circulando por la carretera de Manacor con dos mujeres a bordo. Este hombre se puso a seguir el coche robado al tiempo que avisaba a la Policía. De esta manera consiguió que el vehículo fuera interceptado. Sus ocupantes, dos turistas españolas, explicaron que habían alquilado el coche por un día en una agencia de Magaluf.

Los policías estuvieron vigilando el local de Magaluf hasta que, sobre la una del mediodía del martes, vieron llegar al sospechoso con un Volkswagen Polo, que aparcó semiescondido en un descampado próximo. Desde allí accedió a su local saltando una tapia. Cuando los agentes le interceptaron, intentó deshacerse de las llaves del coche. Tras realizar unas comprobaciones, los policías confirmaron que el coche era un vehículo de alquiler que acababa de ser sustraído del aeropuerto, aunque la empresa propietaria todavía no se había percatado.

En el local aparecieron varios contratos de alquiler de coches, así como las matrículas y juegos de llaves de otros vehículos robados en el aeropuerto. Con la ayuda de la Policía de Calvià, los agentes comprobaron que a lo largo de los últimos meses habían aparecido en los alrededores varios coches sustraídos en Son Sant Joan.

Finalmente fueron recuperados cinco coches, alguno de ellos sustraídos en más de una ocasión, que los turistas habían alquilado en la agencia. Los investigadores comprobaron que el "empresario" no poseía ningún coche en propiedad, y concluyeron que se dedicaba a sustraer los coches de otras agencias cuando los clientes los dejaban aparcados en el aeropuerto. Luego alquilaba estos coches a turistas de hoteles de Magaluf. Pasados unos días devolvía el coche robado y cogía otro.