Mireia del Toro Puigròs tiene nueve años y ha empezado cuarto de primaria en el colegio Jaume Fornaris de Son Servera. Pese a las circunstancias, sigue siendo una niña feliz. Hace un año y dos meses los médicos le diagnosticaron un glioma en el tronco encefálico, un tumor cancerígeno en el sistema central, que cambió la vida de una familia que desde entonces ha luchado por restaurar la normalidad y para que su hija cumpla su deseo de no faltar a clase.

Pero durante este pasado verano Mireia sufrió una recaída que la obligó a moverse en silla de ruedas y dificulta su comunicación. Sus padres, José Miguel y Magdalena, la asociación de padres y madres y el propio centro pidieron al Govern, en una carta con fecha de salida del 10 de septiembre, la incorporación de un Auxiliar Técnico Educativo (ATE) para que cuidara de ella en clase. Pero la conselleria de Educación no respondió, entonces más preocupada por la huelga derivada de la aplicación por decreto ley del Tratamiento Integrado de Lenguas (TIL).

Fue cuando a la familia se le acabó la paciencia y decidió escribir una emotiva carta dirigida directamente a la consellera Joana Maria Camps. La misiva (y su indignación) corrió pronto por las redes sociales, despertando el interés y el apoyo entre los vecinos de Son Servera, que tampoco entendían el silencio molesto de Educación. "Mireia era una niña autónoma como la que más y sobre todo una niña con muchas ganas de trabajar, la escuela es su motor diario", explicaban sus padres el pasado siete de noviembre: "Este curso nos vemos contra las cuerdas porque no hemos recibido respuesta. Han pasado 31 días desde que los niños y niñas serverins empezaron el curso... y a ustedes solo les preocupa que puedan ser enseñados en una u otra lengua... y mientras tanto hay alumnos como nuestra hija, a los que no se les ha concedido lo que les corresponde: ¡Un auxiliar técnico!".

Ignorados, incluso pidieron ayuda al alcalde, Toni Servera, para que tratara de interceder en el asunto. Le entregaron la misma carta que un día después leyó íntegramente en la asamblea de alcaldes del Consell celebrada la semana pasada en Palma.

Y de ahí hasta anteayer, que fue cuando la dirección del CEIP Jaume Fornaris (que no ha querido hacer declaraciones al respecto y se ha remitido a la familia) recibía una llamada de la Conselleria anunciando, en teoría, la llegada de un ATE.

"Desde aquí queremos dar las gracias al centro por lo bien que siempre se han portado con nosotros y la ayuda que nos han prestado", explica la tía de Mireia y portavoz familiar, Maria Bel del Toro. La madre de la pequeña, por su parte, solo espera que el mal trago "pueda servir de ejemplo y envalentone a todas las familias que padezcan un caso similar y que hasta ahora no han protestado pensando que no conseguirán nada o que van a molestar".

Y es que pese a su movilidad reducida y a la falta de un especialista que la cuidara, Magdalena Puigròs ha seguido llevando a su hija a clase para que pudiera seguir el ritmo lectivo y "para que pudiera estar con sus compañeros", con lo que muchas veces tenía que quedarse a estar con ella.

El extraño intercambio

Ayer por la mañana la responsable del departamento de Convivencia de la Conselleria se personó a primera hora en la escuela. No así la ATE prometida. A cambio el Govern propone que una maestra de inglés, Rosa, que conoce a Mireia de cursos anteriores, se encargue de ella mientras se contrata a alguien que la substituya.

"Esta señora nos ha pedido perdón de parte de la Conselleria por todo lo ocurrido durante estos meses, aludiendo a que no tenían constancia de lo que estaba pasando...", explica algo incrédula su tía Maria Bel, quien pese a todo da las gracias por el cambio de rumbo: "Mi sobrina estaba hoy más contenta que nunca de ir a clase", añade mientras enseña su foto sonriente.