El ayuntamiento de Campos no quiere que el alcohol enturbie sus fiestas veraniegas, por eso quiere dar ejemplo. Ya sea con multas, requisando a los protagonistas del botellón en la vía pública, amenazando con eliminar las celebraciones o destruyendo botellas de bebidas espirituosas a plena luz del día.

Este pasado lunes operarios de la brigada municipal procedieron a la eliminación de casi 300 envases de bebidas alcohólicas, requisados durante las pasadas fiestas de sa Ràpita durante el fin de semana del 19 y 20 de julio, en un dispositivo llevado a cabo entre la Policía Local, la Guardia Civil y la agrupación local de Protección Civil. En el acto estuvieron presentes tanto el alcalde Sebastià Sagreras, como el concejal responsable de la Policía, Sebastià Sureda y el propio jefe de los agentes, Guillem Roser.

Un círculo de envases de cristal y plástico a los pies de los responsables políticos y de la seguridad del municipio; una nueva estampa de la restricción que el Ayuntamiento pretende hacer efectiva para evitar conflictos: "Todos estos envases se retiraron de la vía pública como medida preventiva para paliar el consumo de bebidas alcohólicas en espacios públicos, sobre todo por parte de menores de edad", explica el alcalde.

Este dispositivo se repetirá, aumentado, durante las próximas fiestas de la Mare de Déu d´Agost, especialmente los días del ´Revival´ y de la ´Revetla jove´. Junto a estas medidas preventivas, los agentes también responderán a las denuncias privadas. La ordenanza local en este sentido marca unas sanciones claras que van desde los 900 hasta los 1.500 euros para los infractores.

Sebastià Sagreras, ante las previsión de éxito de convocatoria pide "seny y moderación a los más jóvenes, y un poco de control por parte de sus padres. Las fiestas solo tendrán continuidad si son tranquilas y no se generan problemas; por tanto si queremos seguir cada año con las típicas fiestas nocturnas debemos participar en ellas con cordura".