La primera línea del Port de Pollença no tendrá un único sentido de circulación tras la implantación del proyecto de semipeatonalización que tiene el Ayuntamiento sobre la mesa, tal y como se había especulado en un principio, sino que alternará tramos con doble sentido de marcha con otros en los que sólo estará permitida la circulación en sentido Alcúdia o en sentido Formentor. El motivo tiene una explicación técnica y se basa en la necesidad de ´pacificar´ la circulación para que los vehículos no alcancen velocidades elevadas, aunque también planteará una mayor problemática debido a los cambios de hábitos de movilidad que conllevará la iniciativa, tal y como sostienen los partidos de la oposición.

El plan de semipeatonalización con el que trabaja el ayuntamiento de Pollença contempla un proyecto de reestructuración del tráfico y otro de obra que, según el alcalde Tomeu Cifre (PP), no condicionará el sistema de movilidad, ya que éste podrá ser modificado a conveniencia sin alterar los trabajos físicos realizados sobre el paseo marítimo.

El pleno extraordinario celebrado ayer en Pollença aprobó una modificación de crédito para incrementar la partida destinada a los costes de la semipeatonalización en 650.000 euros que se incorporan a los 150.000 euros ya previstos por este concepto. Los 800.000 euros municipales, sumados a los 600.000 euros que debe aportar el Govern y a los 300.000 euros procedentes del Consell, definirán el presupuesto de un proyecto que, según las previsiones municipales, no será una realidad hasta dentro de dos años. De momento, todavía se está a la espera de recibir el convenio que firmará el Ayuntamiento con la conselleria de Turismo.

El proyecto contempla un vial para la circulación de vehículos y otro destinado a las bicicletas justo al lado de la playa, así como la habilitación de aparcamientos en batería en el lado más próximo a los edificios de la primera línea. La acera del extremo donde se ubican las edificaciones se ensanchará para facilitar el paso de peatones, mientras que el lado situado junto a la playa mantendrá la misma amplitud, aunque se renovará con un nuevo pavimento.

En principio, la velocidad máxima que se permitirá en el paseo será de 30 kilómetros por hora. Asimismo, todos los pasos de cebra para los peatones serán elevados para forzar a los vehículos a limitar todavía más la velocidad. También se facilitarán los accesos para las personas con problemas de movilidad reducida y para los vehículos de transporte público.