Nuevos informes elaborados por el ingeniero y uno de los arquitectos del ayuntamiento de Manacor han demostrado el mal estado y los problemas de seguridad que presenta la estructura del depósito elevado de presión de agua situado en el barrio del Serralt. Tanto es así que tras unas primeras inspecciones visuales y otra más precisa llevada a cabo el 25 de abril mediante un camión grúa, los técnicos han podido constatar las "graves deficiencias en el hormigón" y las grietas que afectan a las vigas de sujeción. Según el ingeniero, eso demuestra "una falta total de conservación y mantenimiento que ha dañado de forma seria toda la estructura".

La primera consecuencia ha sido reducir de manera urgente a la mitad el paso de flujo constante por el interior del depósito, de los 200.000 hasta los 100.000 litros de agua, o lo que es lo mismo, aligerar la estructura de las 200 toneladas soportadas durante al menos 25 años hasta las 100 actuales, desde que el pasado 3 de mayo Aguas Manacor hiciera caso a la orden municipal.

10 años desde el último estudio

Hasta la fecha el ayuntamiento de Manacor venía guiándose por un estudio realizado hace casi una década, el 15 de mayo de 2003, donde ya se alertaba de la dejadez. En él, además, el consistorio planteaba a la concesionaria del servicio una serie de medidas a afrontar, "sin que ninguna de ellas haya sido cumplida finalmente", recuerda el actual concejal de Medio Ambiente local, Bernat Amer (AIPC), quien hace mención a su vez de otro requerimiento efectuado a la concesionaria a partir de la intervención y estudio llevado a cabo hace casi un año por la empresa externa ATP, y en el que se analizaba el depósito elevado de manera visual aludiendo a su mal estado de conservación.

El Ayuntamiento tiene ahora casi 105.000 euros presupuestados para las obras, 89.000 para la estructura (en un principio tenían que ser 46.000), más otros 15.000 en gastos menores, cifra que en teoría debería correr a cargo de Aguas Manacor, aunque no se descarta que la asuma la nueva concesión que entrará en verano, por un periodo de dos años, a la espera de que se resuelva el contencioso judicial que enfrenta al consistorio y Aguas Manacor y por el que la empresa solicita ocho millones de euros por lucro cesante en concepto de congelación de tarifas.

Por lo que respecta a las deficiencias, las más notables se centran en las humedades del gran depósito superior, las grietas situadas de zonas intermedias que unen los distintos pilares y el desprendimiento de diversos trozos de vigas que han dejado los hierros del armazón a la vista.

Actualmente tres de los cinco pozos que abastecen de agua potable Manacor van a parar a la torre situada en el barrio del Serralt. Una vez llegado hasta allí, el líquido procedente de es Pollencí, sa Moladora y sa Torre, se almacena en dos depósitos construidos a sus pies (con una carga constante de 400 m3 cada uno) desde donde sube a través de varias tuberías hasta otro situado a unos veinte metros de altura. Desde allí el agua cae con presión, creándose un efecto sifón, hacia toda la ciudad. La tarea a la que deberá hacer frente ahora el área de Medio Ambiente va a ser el de minimizar los problemas de presión que la reducción puede conllevar.

"Me he encontrado un marrón"

Bernat Amer admite que la situación del servicio de agua potable en Manacor (falta de presión, pérdidas y exceso de nitratos entre otros problemas) "no es la más adecuada" y que "es lamentable que la corporación no sepa en qué estado se encuentra exactamente la red". "Me he encontrado un marrón sobre la mesa, con una situación heredada de hace 25 años que hay que afrontar para evitar que los ciudadanos no salgan perjudicados".