El ayuntamiento de Pollença someterá a votación en el pleno previsto para hoy una nueva ordenanza municipal que pretende regularizar la concesión de licencias exprés para todas aquellas obras menores que sean técnicamente sencillas y económicas con el objetivo de reducir plazos para obtener permisos de obra y lograr una mayor agilidad administrativa en el área de Urbanismo.

Según la normativa, que entrará en vigor cuando sea publicada en el Boib, son consideradas obras menores las que presentan "escasa entidad constructiva y económica, que no supongan alteración del volumen, de las instalaciones y servicios de uso común". También se beneficiarán de la nueva regulación aquellos trabajos que no afecten al diseño exterior del edificio, a los cimientos, la estructura o las condiciones de habitabilidad o de seguridad.

El alcalde de Pollença, Tomeu Cifre (PP), justifica la necesidad de facilitar la concesión de licencias a las obras de menor calado en que actualmente este tipo de solicitudes no suelen obtener respuesta antes de un mes, en el mejor de los casos, aunque no es extraño esperar plazos de hasta tres meses en contar con la autorización municipal. Esta circunstancia favorecía que los solicitantes iniciasen las obras antes de obtener la licencia necesaria. La nueva normativa especifica claramente que en ningún caso podrán adquirirse por silencio administrativo facultades contrarias a la normativa urbanística. "Las obras podrán iniciarse una vez obtenida la licencia o, en su caso, transcurrido el plazo legalmente establecido para resolver la petición sin que conste resolución o notificación expresa", añade.

La nueva ordenanza permitirá, según el edil popular, acortar el plazo de espera a uno o dos días, justo después de que los servicios técnicos hayan revisado la documentación presentada por los ciudadanos, que deberá incluir la instancia, el presupuesto completo y detallado, un croquis a escala de las obras, una fotografía del ámbito de actuación previsto y la autoliquidación de la tasa y el ICO correspondientes.

La entrada en vigor de la regulación implicará una "intensificación", en palabras de Cifre, de los servicios de inspección municipal para que el Ayuntamiento se asegure de que "realmente se está llevando a cabo la obra para la cual se ha presentado el proyecto" y evitar la picaresca ciudadana. La mayor vigilancia no conllevará un aumento de la plantilla de inspectores, sino un mayor trabajo de campo, ya que "en la actualidad hay una menor carga de trabajo respecto a la elaboración de informes", apunta Cifre.

Algunas de las obras consideradas menores consisten en cambiar pavimentos, embaldosar baños o cocinas, colocar falsos techos, instalaciones de calefacción o reparar canalizaciones.