Las cacerolas y los silbatos volvieron ayer al centro de Llucmajor. Esta vez no fue para protestar por el cierre de la residencia de la tercera edad ni por los despidos en las escoletes. Alrededor de 350 personas se concentraron en defensa de la educación pública, convocados por las asociaciones de padres y madres de dos de los centros públicos de la vila: el colegio de Primaria Rei Jaume III y el instituto de Secundaria Llucmajor.

A las 12.15 horas, la marcha partió del paseo de Jaume III por las calles de centro. Al frente de la protesta, hubo un ruidoso grupo de percusionistas con tambores, bombos y platillos. Ninguno de los manifestantes portó pancartas, aunque sí se vieron muchas camisetas verdes de la campaña "Crida per una educació pública de qualitat!" y otros tantos lazos en favor del catalán. A ritmo rápido, la 350 personas se dirigieron a la calle del Bisbe Taixequet y a las 12.30 horas llegaron a la plaza de Espanya.

A las puertas del ayuntamiento, el periodista de la radio pública RNE Miquel Cardell fue el encargado de leer un manifiesto en defensa de la "educación pública, laica y de calidad". "Los actuales responsables políticos han iniciado medidas que afectan estructuralmente al sistema educativo", como "el recorte en 37 millones de euros en el presupuesto general de Educación", dijo el periodista.

Cardell aseguró también en su discurso que medidas como eliminar profesores o no cubrir las bajas en los centros públicos "ponen en peligro la cohesión social y la igualdad de oportunidades". Por eso, solicitó al Govern balear "una reflexión sobre las medidas educativas" que ha tomado. "Para eso estamos aquí y, si hace falta, volveremos otra vez", concluyó Cardell, al que los manifestantes interrumpieron en dos ocasiones para aplaudir sus palabras.

Escasa presencia policial

El presidente de la asociación de padres del CEIP Rei Jaume III de Llucmajor, Antoni Salvà, afirmó estar preocupado por la previsible bajada de la calidad en la enseñanza. "El número de alumnos por clase será más elevado, habrá menos profesores, menos sustituciones y tendrán que hacer más horas de trabajo", recordó el padre con pesadumbre.

La cacerolada de ayer discurrió de forma totalmente pacífica y contó con una escasa presencia policial. En total, un par de patrullas de los agentes municipales y una de la Guardia Civil. Al acto asistieron los portavoces llucmajorers del PSOE, el PSM-Entesa y CxI, además de otros regidores y exregidores de los partidos de la oposición.