Bruno van Bemmelen es un alumno de la clase de segundo B de la escuela Mestre Colom de Bunyola. Junto a su padre y su abuela, que son holandeses, tuvieron la oportunidad de visitar el año pasado un submarino de la armada de ese país.

La casualidad hizo que poco después, cuando empezó el curso escolar, este grupo tuviese que estudiar el mar como proyecto de clase. En ese momento, aunque aún nadie en la escuela lo sospechaba, estaba a punto de empezar una aventura que ha durado todo el curso y que culminó ayer.

La costa, los peces o el fondo marino eran algunos de los aspectos que debían estudiar, entre los cuales estaban también los vehículos marinos. Cuando lo supo, Bruno recordó el submarino que había visitado meses antes y los alumnos decidieron construir su propio sumergible basándose en sus fotografías.

Lo terminaron hace pocas semanas y ayer recibieron una recompensa que no esperaban. Les visitó en clase el comandante y parte de la tripulación del submarino de la armada holandesa ´Dolfijn´, que está amarrado en el puerto de Palma hasta el próximo lunes. Después, también pudieron visitarlo y, además de recorrer varias de sus salas acompañados por la tripulación y el agregado naval holandés, fueron invitados a merendar.

La construcción de su submarino en clase iba a ser, en un principio, un proyecto "sencillo", que se transformó en otro de envergadura "gracias a la implicación de los padres y de Pep Muñoz", explica la maestra, Maria Cabot.

El "submarino amarillo" que ahora tienen ha sido diseñado por Muñoz a partir de las ideas de los escolares, que visitaron su taller en varias ocasiones para preparar el proyecto y llevar a cabo experimentos previos. Dispone de periscopio, sónar, hélice y hasta un diorama que permite apreciar el fondo marino a mil metros de profundidad, con dibujos de las criaturas abisales elaborados por los mismos alumnos, y del fondo marino balear.

Además, dispone de efectos sonoros diseñados por Eduard Riera, padre de una alumna.

El proyecto ha permitido a los escolares trabajar todas las materias del currículo educativo, desde el conocimiento del medio, a las matemáticas y la lengua, pasando por la música. No en vano, los alumnos también han versionado la canción Yellow Submarine de los Beatles. Ahora, en su interior trabajan con cuentos relacionados con el mar, con las matemáticas a partir de problemas marinos o con la informática.

El esfuerzo de los docentes y los padres, que trabajaron varios meses en la construcción del submarino fuera del horario lectivo, tuvo ayer su mayor recompensa con la visita al ´Dolfijn´, que emocionó a los alumnos.