Tras la esquina atisba ya la jaia Quaresma con sus cuarenta patas de abstinencia. Los últimos días de carnaval son apurados por jóvenes y viejos que no dudan en bailar, beber y reír antes de devolver al baúl las máscaras, las pelucas y los disfraces que han llenado de color las calles.

Algunos preparan ya sus entierros de la sardina, un epílogo que inundará de olor a pescado asado plazas y calles como traca final.

Inca es uno de ellos, que a la espera del satírico funeral de doña Sardina entregó el sábado de madrugada sus premios de la Rua. Las chicas que emularon a la muñeca Barbie se llevaron los 400 euros de mejor comparsa y el trabajado montaje Inca, cor de Mallorca, el primer premio de carrozas.

También Muro despidió ayer la fiesta en una apacible tarde que propició un variopinto desfile. Recorrieron las calles 35 comparsas y carrozas, con unos setecientos participantes. En las últimas ediciones son habituales las comparsas de otros pueblos. Levantaron expectación las recreaciones de la discoteca Barbarella, Bombers, Pitufos o Payasos.

En Alcúdia el protagonismo fue para los niños. La colocación secreta del jurado propició que este año no se descompusiera el desfile y resultó más vistoso.

La Rueta de s'Arenal de Llucmajor fue amenizada por la batucada Joves Bona Ventura. Los participantes desfilaron desde la Avenida Miramar hasta la plaza Mayor.

En Lloseta tomaron parte 18 carrozas y comparsas. Mucho público en la avenida del Cocó presenció el pasó de los participantes. El premio a la mejor comparsa fue para Los venecianos.