Un año más, como cada segundo domingo de mayo, es Llombards fue el lugar escogido para la demostración de tondre, uno de los oficios más antiguos de la payesía y que en la actualidad se ha perdido en pos de la mecanización.

El esquilado de ovejas a mano y con tijera tradicional llenó el terreno aledaño al campo de fútbol de Can Martina, donde más de 40 tonedors demostraron que todavía guardan intactas sus habilidades a la hora de esquilar la lana ante la inminente llegada de la época más calurosa del año.

Aunque la mayor parte de los participantes oscilaban entre los 50 y 70 años de edad, l´amo en Gori demostró que a sus 91 sigue manejando con destreza sus afiladas tijeras. Asimismo son bastantes los que intentan que la tradición perdure. El más joven de los esquiladores contaba con apenas 14 años.

Después de la demostración de esquilado, a la que asistieron además de público local una amplia representación de políticos y curiosos extranjeros, prácticamente la totalidad de vecinos se reunió en la plaza des Pou para degustar productos tradicionales y una suculenta paella. Los actos se alargaron hasta la velada.