Únicamente cuatro municipios de la isla, Artà, sa Pobla, Alcúdia y Calvià, han cumplido hasta la fecha con la obligación de adaptar el catálogo de bienes patrimoniales al Plan Territorial de Mallorca, un requisito indispensable para actualizar definitivamente los planeamientos urbanísticos municipales a las prerrogativas contempladas en la normativa insular.

Desde la entrada en vigor del Plan Territorial de la isla el uno de enero del año 2005, sólo cuatro ayuntamientos han completado la tramitación que marca la normativa urbanística insular en relación a los bienes patrimoniales protegidos existentes en los municipios. Los catálogos de patrimonio incluyen los bienes muebles e inmuebles susceptibles de ser protegidos por su interés histórico y arquitectónico y que están sujetos a restricciones urbanísticas.

Durante esta legislatura, el Consell de Mallorca ha revisado un total de 22 catálogos de patrimonio enviados por otros tantos ayuntamientos de la isla, aunque todos han sido devueltos a las instituciones locales por la existencia de deficiencias en el proceso de adaptación al PTM.

Errores en la tramitación

En este sentido, el director insular de Patrimonio del Consell, Biel Cerdà, explica que la institución insular "marca las pautas" de cómo deben actualizarse los catálogos patrimoniales, aunque en la mayoría de casos los ayuntamientos remiten al Consell unos expedientes llenos de errores que impiden su aprobación definitiva. "Si se deniega la adaptación, los ayuntamientos tienen que empezar de cero", apunta Cerdà.

Las cifras indican el escaso interés de la mayoría de ayuntamientos en plasmar sobre sus planeamientos urbanísticos el grado de protección del que deben gozar los bienes patrimoniales. "El Plan Territorial explica cómo deben realizarse las fichas relativas a cada bien patrimonial, pero en muchos casos los técnicos municipales ni se lo han mirado", explica el director insular de Patrimonio.

En otros casos, los ayuntamientos envían al Consell catálogos de patrimonio incompletos a los que la institución insular no puede dar el vistobueno. "Respecto al patrimonio arqueológico, muchos consistorios copian las cartas arqueológicas ya existentes sin aportar más detalles ni tener en cuenta la delimitación del entorno de protección que debe tener todo monumento de este tipo", explica.

En este sentido, desde el departamento insular encargado de informar sobre los respectivos catálogos patrimoniales apuntan que "todavía existe la mentalidad de que un elemento protegido es una especie de desgracia en la que no se puede hacer nada desde el punto de vista urbanístico".