Opinión | Al Azar

ETA traiciona y derrota a Bildu

El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano

El candidato a lehendakari, Pello Otxandiano / EP

Una cosa es la rehabilitación confirmada por las urnas y otra la negación del pasado. Bildu ha atravesado su momento 11M, y ha fallado como Aznar en el instante decisivo. El partido vasco se ha comportado como Vox, al aterciopelar la voz democrática mientras se exculpa a la dictadura franquista, que es «poliédrica» igual que ETA admite «consideraciones diversas» en el candidato Otxandiano. El partido de moda, que se disponía a ganar las elecciones regionales del domingo, no ha respondido a las expectativas sobre la ruptura de su cordón umbilical con el terrorismo. Su tropezón en el escenario recuerda al cantante enlatado que defrauda en su primer concierto con público. La izquierda plural estaba preparada para abrazarse a una iniciativa refrescante pese a su matriz sangrienta, solo le exigía que no cayera en el rosario de mentiras de la política burguesa.

Un partido radical embarranca en el edulcoramiento, la tónica de los tiempos recientes. Le Monde y demás florones de la prensa mundial nunca denominaron «organización terrorista» a ETA, pero Bildu estaba obligada a reconocer los asesinatos. La coalición abertzale se ha dejado traicionar y derrotar por el terrorismo etarra. El excelente resultado previsto alejará sin embargo a los favoritos de la primera posición. Han generado ansiedad, los ingenuos emergentes se creyeron que podían superar en ambigüedad al PNV.  

Bildu se ha mostrado inmaduro para erigirse en la primera fuerza del País Vasco. Si no saben responder ni sobre ETA, qué asunto de Estado va a encomendarles un electorado que exige mensajes claros. El batacazo no oculta que Sánchez lleva seis años gobernando gracias al comportamiento impecable de la coalición abertzale. A este socio ejemplar le hubiera bastado con abstenerse en cualquier investidura para arruinar la gobernabilidad de España, un mérito que nunca se le atribuirá y que en campaña no ha sabido reivindicar. La decepción solo es inaceptable en Feijóo, que pretende erradicar a Bildu mientras se abraza en toda España a los campeones del neofranquismo.

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