Las urgencias de Son Espases vuelven a dar que hablar en el tramo final de la semana. Ayer volvían a estar por encima de su capacidad antes de que, con la llegada de los dos días de asueto y las previsibles altas hospitalarias que se den durante la jornada de hoy, se produzca el efecto drenaje en un servicio que ayer no daba más de sí.

Tras la queja de una familiar por la interminable estancia de un allegado en urgencias sin ser subido a planta y en muy malas condiciones, que aseguró asimismo que fue despachada de mala manera cuando presentó una reclamación en el departamento de atención al paciente del hospital, este diario contactó con sus fuentes en el servicio que, sin perder el humor, le confirmaron que más que llenos estaban "rellenos".

Así, según los propios trabajadores del servicio de urgencias, a media mañana de ayer había unos 130 pacientes abarrotando todas sus instalaciones.

La sala de observación estaba llena como también lo estaba la zona de camillas, donde se acumularían hasta 23 enfermos cuando este área está diseñada para albergar un máximo de doce pacientes.

Más de un día en una camilla

Y si todas las recomendaciones médicas, asistenciales y de confortabilidad para una persona enferma aconsejan que no se puede estar instalado en una camilla más allá de doce horas seguidas en el peor de los casos, a mediodía de ayer la persona que llevaba más tiempo en uno de estos improvisados lechos lo estaba desde 27 horas antes, más de un día esperando ser hospitalizada en condiciones más dignas.

"Y uno de los principales problemas es que nos faltan enfermeras y a estas alturas del verano resulta complicado contratar a más de estas profesionales", lamentaban en el servicio explicando que, la zona de camillas, donde se instala a pacientes agudos que requieren de cuidados y atención constante, trabajan tres enfermeras. Y que ayer sí contaban con estas trabajadoras. Pero que este número de profesionales está pensado para atender a un máximo de doce pacientes en este estado que requiere su máxima atención, no los veintitrés enfermos, el doble, que estaban asistiendo durante la mañana de ayer.

Y si la persona que llevaba más tiempo aguardando en la zona de camillas lo hacía desde 27 horas antes, el paciente que ostentaba el récord de permanencia en el servicio llevaba en urgencias desde el mediodía del pasado lunes, hace más de tres días. No obstante, fuentes del hospital señalaron que a primera hora de la tarde de ayer ya había sido hospitalizado en planta.

Estas mismas fuentes explicaron que a las tres de la tarde, hora en la que habitualmente hacen el corte, tan solo tenían a 18 pacientes evaluados, diagnosticados y pendientes de ser ingresados. Aunque sí admitieron que tenían a más personas pendientes de ser atendidas.

Y recalcaron que tenían todas sus camas y todos sus recursos asistenciales abiertos. Las doce camas de la planta 1M, que estaban cerradas a finales de la pasada semana cuando se produjo el último repunte asistencial, finalmente se abrieron el pasado sábado por la noche, cuando se consiguió contratar a las cuatro enfermeras y tres auxiliares necesarias para atenderlas.

"Tenemos todo abierto en Son Espases y en Verge de la Salut. Y aunque en el hospital General hay unas quince camas cerradas, derivamos a pacientes de perfil sociosanitario al Sant Joan de Déu en caso de necesidad", dijeron.

Una cuarta parte de la UCI

La masiva llegada de turistas en estos últimos años está cambiando la tendencia sanitaria en estos meses de verano, cuando era habitual cerrar camas y quirófanos por la menor presión asistencial y por las vacaciones de los profesionales sanitarios.

Fuentes a las que tiene acceso este diario revelaron que ayer había casi una cuarta parte de las 31 camas de UCI de las que dispone el hospital de referencia están ocupadas por pacientes extranjeros. En siete de estas camas para enfermos críticos están siendo atendidos visitantes ocasionales.