Las urgencias de Son Espasesvolvieron a tener este jueves una jornada movida con momentos puntuales en los que se acumularon hasta 145 pacientes en el área asistencial, muchos de ellos ya diagnosticados y pendientes de ingreso que no podían subir a planta por falta de camas.

La denuncia de la caótica situación volvió a partir, una vez más, del Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), que habló de cien pacientes en el servicio a primera hora de la mañana, 44 de los cuales estaban pendientes de ingreso y en su gran mayoría ubicados en camillas (32 de ellos).

El SAE denunció asimismo que 4 de los pacientes de la zona de camillas tuvieron que ser trasladados al servicio de Traumatología por falta de espacio.

"En la zona de camillas no cabe nadie más", admitía un trabajador del servicio antes de aportar nuevos datos. "A primera hora de la tarde había 29 pacientes en la zona de camillas, diseñada para acoger tan solo 12. No cabía nadie más, ni siquiera en los pasillos, donde solemos colocarlos habitualmente. Y 19 de ellos ya estaban diagnosticados y pendientes de que se liberase alguna cama para subir a planta", añadió.

Inhumano

"Pero lo más grave es que teníamos a una anciana de 84 años que llevaba más de un día encima de la camilla. Cuando se diseñó el servicio se pensó que en las camillas se podía estar un máximo de seis horas en observación porque permanecer más tiempo sería inhumano", lamentó el profesional sanitario.

En la zona de observación se acumulaban hasta 31 personas, también todas ellas pendientes de ser hospitalizadas. Y entre ellas había un paciente de Neurología que, desorientado, permanecía en ella más de 110 horas, pendiente de ser evaluado por los especialistas en planta.

Xisca Galmés, secretaria provincial de SAE en Balears, achacó esta situación a la falta de previsión de la gerencia del hospital y a su política de ahorro que pasa, denunció, por no cubrir todas las bajas laborales por incapacidad temporal así como las ausencias por vacaciones. "Solo con plantillas adecuadas se puede solucionar esta situación insostenible que lo único que genera es una alarmante sobrecarga laboral para los profesionales y un indigno malestar entre los pacientes", denunció Galmés.

Por su parte, otras fuentes sanitarias atribuyeron la situación vivida ayer a la inveterada costumbre de cerrar camas y recursos en verano creyendo erróneamente que la actividad asistencial baja en estos meses. "Esto era así hace años, no ahora. La actividad en verano ya no baja porque la población flotante aumenta mucho en este periodo estival", subrayaron sanitarios del servicio.