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Entrevista

María José Guerrero: "Se reducen los años entre nevada y nevada. No sabemos si seguirá siendo así"

"Este enero seguro que está entre los más fríos de los últimos diez años"

María José Guerrero, tras la entrevista, comentando la actualidad meteorológica.

Finaliza una semana en la que la nieve ha sido la gran protagonista. El blanco tiñó toda Mallorca y los copos cayeron incluso en Palma. La ola de frío polar que ha causado esta bajada de temperaturas llega después de un 2016 con olas de calor, sequía e inundaciones en diciembre. Aportando a casi cada pregunta datos registrados, gráficas y mapas atmosféricos, María José Guerrero (Almería, 1961), delegada de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Balears, analiza los fenómenos y se felicita por haber acertado en todas las predicciones. El éxito de su acierto está en una prudencia que no quiere abandonar. Si no tiene el dato, prefiere no lanzarse a la piscina. No obstante, señala las diferentes situaciones a que puede llevar el cambio climático. Según explica, en los últimos 30 años, la temperatura media en Mallorca ha crecido en un grado y medio. Ahora, asegura que la nieve ha dicho adiós y pronostica unos meses de febrero y marzo más cálidos de lo habitual: "Las predicciones son cada vez más fiables.

-¿Mallorca puede despedir, por ahora, la nieve?

-De momento nos despedimos. Hemos pasado de un temporal de nieve a un temporal de lluvia. Pero la situación ya viene más cálida y no esperamos nieve. Las que ha habido no las esperábamos copiosas, las esperábamos en poca cantidad. Fue a partir del lunes cuando vimos que por el recorrido marítimo habría nieve a 100 metros e incluso a nivel del mar. La previsión se cumplió y se vio nevar en Palma. Estamos contentos de haber dado correctamente la predicción.

-¿De qué depende que en Mallorca nieve o no?

-Aquí nieva cuando hay entradas de aire siberiano y estas entradas se producen cuando llegan aires del nordeste. Si nos llegan de norte hay poco recorrido marítimo y no llega a nevar. Que nevara a nivel más bajo es porque esa masa de aire era más fría.

-Se han registrado mínimas de cinco grados bajo cero.

-Las temperaturas registradas el día 17 van a contribuir a que este enero sea más frío de lo habitual, pero para determinarlo habrá que esperar a ver todo los días hasta que acabe el mes. Las temperaturas han ido a la baja. A fecha de hoy, estamos seguros de que este es uno de los meses de enero más fríos de los últimos diez años.

-Lo que siempre se escucha: la humedad aumenta la sensación de frío. ¿Hasta qué punto?

-En la Agencia Estatal de Meteorología tenemos dos índices de sensación térmica. Uno en verano que combina la alta temperatura con la humedad, que si es alta provoca esa sensación de bochorno. Luego tenemos otro índice, que combina las bajas temperaturas con el viento. Cuanto más baja es la temperatura y más sopla el viento, más frío sentimos. Hemos visto temperaturas en los termómetros de siete grados y sensación térmica de dos, o termómetros en dos grados y sensaciones de cero grados o incluso de dos grados bajo cero.“En los últimos treinta años, la temperatura en Balears ha aumentado hasta un grado y medio”

-En Palma vimos nevar, pero, a diferencia de en 2012, no cuajó.

-Hace dos años, en 2015, también nevó por encima de 100 metros pero no al nivel del mar. En 2012 sí, porque las temperaturas en niveles altos eran más frías. A 1.500 metros, que es la altura que utilizamos los meteorólogos para pronosticar las cotas, este año estaba a menos 6. En 2012, las temperaturas estaban entre menos 10 y menos 11. Por debajo de 7 grados a 1.500 metros, nieva a nivel del mar. De hecho, en 2012 nevó dos días. Este año, ha sido solo un día.

-Siempre se recuerda la nevada del 1956 y otra en 1985. Desde 2005 ha habido tres nevadas muy seguidas. ¿Va a ser cada vez más frecuente verlas a nivel del mar en Mallorca?

-De forma significativa en cotas bajas son las que tenemos registradas. Efectivamente, estamos observando la disminución del número de años que hay entre nevada y nevada significativas. Las predicciones con las que contamos son trimestrales. Como son fenómenos muy puntuales, es difícil saberlo a largo plazo. Nuestros modelos pronostican datos más globales.

-El último invierno fue bastante seco y este hemos tenido, además de nieve, inundaciones en diciembre. ¿Hay alguna relación entre un invierno seco y uno tan húmedo?

-Acabamos el año con temporales de lluvias que nos hicieron cambiar el calificativo del año de seco a normal, lo que es bienvenido después de un invierno, primavera y verano secos. Cayeron entre 500 y 600 litros en la zona de los embalses. La atmósfera es muy variable y no hay dos inviernos iguales, como no hay un año igual a otro. No podemos decir que un año tenga que ver con el anterior, la atmósfera es caótica.

-Con los acuíferos bajo mínimos, este verano se temió que la falta de lluvias pudiera prolongarse. ¿Existe el riesgo de encadenar varios años de sequía?

-El pronóstico para el último otoño era que fuera normal. ¿Qué es un otoño normal en Balears? Un otoño en el que llueve. Era una predicción delicada por el escepticismo que había después de un periodo seco largo, un verano que había sido el cuarto más seco desde la década de los cincuenta y el más seco de los últimos treinta años. Afortunadamente, las predicciones para el otoño se cumplieron. Lo que ocurre en una estación o en un año no tiene porqué encadenarse.

-¿Tienen que ver estos fenómenos tan cambiantes en Mallorca con el cambio climático?

-Para evaluar un clima necesitamos treinta años, donde todos los fenómenos se evalúan. En los últimos 30 años hemos visto en Balears como las temperaturas han ido subiendo. En ese tiempo, observamos que ha habido un aumento de un grado y medio como valor medio de la temperatura.

-Se ha señalado que el cambio climático podía convertir Mallorca en un territorio árido.

-Cómo va a ser el tiempo hasta 2100 lo tenemos recogido. Las temperaturas van a ir ascendiendo poco a poco, tanto máximas como mínimas. Aumentarán hasta cinco grados las medias anuales. Naturalmente, dependerá de las emisiones de gases invernadero. Si nos situamos en un escenario con una emisión de gases que no crezca, aumentaríamos un grado. Las olas de calor podrían aumentar y se reducirían las precipitaciones, un 20% menos, que no es tanto. Hasta 2050, podrían reducirse un 10%.

-¿No hace falta ser entonces catastrofistas con las previsiones?

-Dibujamos dos situaciones según la emisión de gases invernaderos. Que vayamos hacia un escenario u otro depende de nosotros, de los hombres, que somos los que lo estamos provocando. No sabemos qué va a hacer el mundo. ¿Se van a aumentar o se va a tomar conciencia? Lo que decimos los científicos es: si se aumentan, aumentarán las temperaturas y se reducirán las precipitaciones un 20%. Esto es lo que la ciencia nos dice.

-Ahora Donald Trump niega que haya cambio climático.

-Las opiniones de Trump, como las de cualquier otro, no son relevantes. La ciencia trabaja y las predicciones son las que digo. Si hay un aumento de emisiones, iremos a un aumento de temperaturas. No entraré a valorar opiniones.

-También se habla del incremento del nivel del mar. Los glaciares se derriten a marchas forzadas. ¿Está ocurriendo?

-Nosotros predecimos fenómenos meteorológicos y, en relación con el mar, los fenómenos costeros. No somos competentes en medir oscilaciones del mar. Pero sí estamos informados y, efectivamente, se observa que está subiendo el nivel del agua y va a seguir haciéndolo.

-¿Qué papel juega la insularidad en el clima de la isla?

-Estamos en un mar cerrado, cálido. Es una isla rodeada de montañas. Esto provoca que se produzcan rápidamente bajas, que dan situaciones de mal tiempo, de más lluvias y más vientos; o, en verano que haya un mar agradable para disfrutar del verano. Sin embargo, la climatología de la isla es distinta en cada punto debido a la geografía que hay.

“Hacia dónde vaya el cambio climático dependerá de lo que hagamos los hombres”

-Hay quien desconfía de los meteorólogos y sus predicciones con eso de 'nunca aciertan'.

-Por lo que a mí me llega, la gente ve que ahora se está acertando mucho más. Ahora disponemos de una tecnología y unos modelos que nos permiten reproducir el estado de la atmósfera cada vez mejor. Eso va unido a que los meteorólogos, además, conocen cada vez mejor las fortalezas y debilidades de sus modelos.

-En 2013, meteorólogos franceses predijeron que no habría verano. Al final, no fue así.

-Lo recuerdo, pero la Agencia Estatal de Meteorología dijo que sí iba a haber verano y, efectivamente, hubo verano. Ahora, el grado de acierto está por encima de un 90%. Esto no quiere decir que no asumamos nuestro error en alguna situación que no se pronostica, pero el margen de error es cada vez menor. Trabajamos sobre probabilidades, pero las predicciones son cada vez más fiables.

-En una comunidad turística como Balears ser meteorólogo tiene una responsabilidad añadida. ¿Alguna vez se les ha pedido no dar una u otra predicción?

-Cuando trabajamos intentamos aislarnos. A mí a veces me ha llegado "no digáis que las máximas serán en el norte, porque sino la gente no va a venir aquí". Por eso nos aislamos y publicamos nuestras predicciones independientemente de que a alguien le pueda ir mejor o peor.

-Hemos empezado con nieve, pero, ¿cómo se presenta este año?

-No difundimos predicciones para todo el año, solo para un trimestre. De enero a marzo, hay una probabilidad elevada de que sea más cálido y más lluvioso.

-¿Que este enero haya sido más frío, implica entonces que febrero y marzo deberán ser más cálidos?

-Si la predicción se cumple y la atmósfera evoluciona hacia el escenario más probable, eso implicaría, efectivamente, que febrero y marzo serán más cálidos y deberán compensar la anomalía negativa que nos ha dado enero.

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