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Infraestructuras

El Consell paraliza un tramo del segundo cinturón al invadir las tuberías de CLH

Es la vía que conecta la autopista del aeropuerto con Son Ferriol y también afecta a viviendas

En este punto está proyectado el puente que afecta al poliducto de CLH. Manu mielniezuk

El Consell de Mallorca ha decidido paralizar el inicio de las obras del tramo I del segundo cinturón de Palma, el que debe conectar la autopista del aeropuerto con Son Ferriol, pasando por el Coll den Rebassa, Carrefour y que llega hasta las instalaciones de almacenamiento de combustible de CLH. El principal motivo de esta paralización, según relató la consellera Insular de Territorio, Mercedes Garrido, es que el proyecto invade completamente las tuberías subterráneas que transportan el combustible desde Portopí hasta los depósitos. Estas tuberías son conocidas técnicamente como poliducto.

Este primer tramo, uno de los más complicados de todo el proyecto, fue adjudicado a mediados de 2012. Además del poliducto, también han detectado que contempla la demolición de unas 10 viviendas del Coll den Rabassa donde en la actualidad viven varias familias. "Conseguir realojar a estar familias en otras viviendas podría tener solución. Sin embargo, el problema del poliducto se deben reestructurar", explicó Garrido.

En concreto, el proyecto contempla la implantación de la zapata de uno de los puentes que deben atravesar la nueva autovía justo por donde discurre el poliducto. Esta tubería es esencial para el sistema energético de Mallorca. En primer lugar porque se encarga de transportar el combustible desde los petroleros amarrados en el puerto de Palma hasta los depósitos de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), ubicados en las inmediaciones de Son Ferriol. Desde allí se reparte el gasóleo y la gasolina a todas las estaciones de servicio de la isla y también al aeropuerto para abastecer a los aviones.

El Consell, según relató Mercedes Garrido, está estudiando alternativas para modificar el proyecto, pese a que las obras ya están adjudicadas a la empresa Vías. El proyecto tiene un presupuesto que ronda los 26 millones de euros y debe conectar con los dos tramos que están en la actualidad en obras entre la autopista de Inca y el centro comercial Alcampo.

Las soluciones

Garrido indicó que en estos momentos los técnicos y la empresa concesionaria de las obras están estudiando las posibles soluciones. Todas ellas pasan por cambiar de ubicación el puente que obstruiría el poliducto encargado de trasladar el combustible hasta los depósitos de CLH. No obstante, la empresa no es sencilla, ya que se deberá modificar el proyecto y sus ramales.

Otra de las complicaciones es que la obra ya está adjudicado en base al proyecto que se han detectado las deficiencias. Ello puede suponer tener que renegociar todo el contrato al cambiar las condiciones de la obra.

Según ha podido saber este periódico, para instalar un puente que deben cruzar sobre él vehículos pesados es necesario realizar una importante excavación para que las zapatas tenga cimientos resistentes. Esta excavación está proyectada sobre el poliducto de CLH.

Esta conducción, según explicaron desde el Consell, además de combustible va acompañada de líneas eléctricas para abastecer la zona. Por consiguiente, es del todo imposible modificar su trazado. Toda solución pasa por un cambio de proyecto del tramo del segundo cinturón recalculando la ubicación del polémico puente que obstruiría las tuberías de combustible.

Por otra parte, las casas del Coll den Rebassa afectadas son las primeras de la calle Cardenal Rossell. Son las que en estos momentos sus tejados están en línea con la actual rotonda que conecta esta barriada de Palma con la autopista de Llucmajor y con el centro comercial. La preocupación del Consell estriba en que en todas ellas vive gente. Se calcula que se deberían realojar entre 10 y 15 familias. En estos momentos también se está estudiando si se puede modificar el proyecto en este punto para que no afecte a las viviendas. Otra posibilidad es la reubicación de las familias en pisos oficiales y la expropiación de las casas afectadas.

El Consell confía en tener la solución en los próximos meses.

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