El juez José Castro ha elevado un informe a la Audiencia en que se ratifica en que Ana María Tejeiro, esposa del exnúmero dos de Nóos Diego Torres, debe ser enjuiciada como implicada en la presunta trama de desvío de fondos públicos y como sostiene la acusación popular Manos Limpias. Castro insiste en que Tejeiro no puede ser exculpada en aplicación de la doctrina Botín y en que Manos Limpias está legitimada para acusarla en solitario, sin el respaldo de la fiscalía anticorrupción.

La sala segunda de la Audiencia deberá analizar el recurso de queja interpuesto por Manuel González Peteers, letrado de Tejeiro, que solicita que su cliente sea juzgada por blanqueo de capitales, el único delito que le imputa anticorrupción y del que también sería inocente.

En su informe, Castro se ampara en las argumentaciones que ofreció en un auto con el que rechazó la exculpación de la mujer de Torres. El juez señala cómo la defensa de Tejeiro, "consciente de que el auto de apertura de juicio oral es irrecurrible", pretende "sortear esta irrecurribilidad cambiando el nombre al recurso que no le es permitido interponer y que denomina cuestión de nulidad de pleno derecho".

"El incidente de nulidad de actuaciones no es un sucedáneo al que quepa acudir para impugnar una resolución cuando contra ella no quepa recurso", abunda Castro, puesto que, al margen de casos excepcionales que permite la Ley, "carecería de sentido y de elemental congruencia".

No hay vicio de nulidad

El juez asevera que "está por conocerse en qué vicio incurre el pronunciamiento cuya nulidad se pretende", recordando que la Ley señala como posibles causas la falta de jurisdicción o de competencia objetiva o funcional, la concurrencia de violencia o intimidación o el quebrantamiento de normas esenciales que haya generado indefensión.

No obstante, apunta que la defensa de Tejeiro "silencia en qué supuesto de los legalmente previstos nos encontraríamos, limitándose a decir textualmente que la acusación popular, única que acusa respecto a conductas" que considera ilícitas, "carece de toda oportunidad" para acusar por estas infracciones. "Se desconoce de qué exceso resolutivo, inoportuno o caprichoso estaríamos hablando", apostilla Castro.

Peteers sostiene, al igual que los abogados de la infanta Cristina, que Manos Limpias no puede en solitario imputar determinados delitos por los que no acusan ni la fiscalía ni la Abogacía del Estado.