Los poderes del campo balear nunca habían estado tan unidos como ahora. Forman un círculo en torno a la figura del conseller de Agricultura y Medio Ambiente, Gabriel Company. Están felices y contentos porque el Govern les ha dado la herramienta perfecta para abrir el campo al negocio comercial y turístico en sus explotaciones. Una norma que nace con polémica porque ecologistas y la oposición la tildan de urbanística. Sin embargo, incluso Unió de Pagesos -la organización agraria más cercana a las fuerzas progresista y siempre enfrentada con los gobiernos del PP- y el ex conseller del PSM Mateu Morro se deshacen en elogios hacia la norma del conseller Company.

El martes en el Parlament, todo el sector agrario exhibió su poder ante el president José Ramón Bauzá y mostró su total apoyo a Company en esta norma calificada de polémica por parte de diferentes organizaciones. No en vano se produjo una dura pugna interna en el PP por esta Ley Agraria. Los hoteleros no estaban por la labor de que se intensifique la oferta de alojamiento y así se lo expusieron a Bauzá en el Consolat de Mar. La disputa se solucionó con la inclusión del voto de la conselleria de Turismo a la hora de autorizar agroturismo y albergues en explotaciones agrarias prioritarias.

No es de extrañar que todo el sector agrario, conservadores y progresistas, estén satisfechos con la norma de Company. La Ley Agraria les abrirá un abanico de posibilidades de negocios para instalar en el campo: albergues, refugios, agroturismo, tiendas al lado de carreteras, rutas ecuestres, senderismo con camping, entre otros. Todo ello sin la necesidad de contar con el estricto permiso del interés general que exigía hasta el momento el Consell Insular.

A continuación se desgranan algunos de los puntos más polémicos de la Ley Agraria aprobada el martes por el Parlament.

Actividad agroturística

Alojar a turistas de naturaleza en las explotaciones agrícolas

Las explotaciones agrarias consideradas preferentes (las que la mayor parte de su actividad sea agrícola) podrán albergar turistas en refugios y en agroturismos ubicados en cualquier parcela de la finca. La norma establece que los clientes que alojen deben estar relacionados con la naturaleza o que quieran participar de los trabajos agrícolas y ganaderos.

Después de una dura oposición del sector hotelero se introdujo una modificación para que la conselleria de Turismo tenga voz y voto en la concesión de los agroturismos. Hasta la fecha, solo podían instalarse en fincas anteriores a 1960 y se requería una parcela mínima. Ahora, las que se instalen en explotaciones no necesitarán este tipo de requisitos. Los alojamientos deberán seguir las directrices de calidad que marca la Ley General Turística.

Actividad comercial

Tiendas de venta directa de 150 metros con señalización

La nueva norma agraria pone a disposición de los payeses isleños la posibilidad de instalar tiendas de venta directa o de productos agrarios transformados en sus explotaciones. Los establecimientos destinados a uso comercial podrán tener un máximo de 150 metros cuadrados. Asimismo, se podrá colocar señales de publicidad indicando la existencia de la tienda en las inmediaciones de carreteras o caminos. Se podrán vender alimentos como frutas hortalizas, legumbres o cereales producidos en la explotación. De igual modo, los transformados como queso, vino, carne, aceite, mermelada o miel tendrán cabida en las tiendas. También podrán comercializar productos no alimenticios como es la leña.

Agroindustrias

Industrias agroalimentarias en pleno suelo rústico

La instalación de industrias alimentarias en suelo rústico era una posibilidad muy remota y que se concedía en cuenta gotas y siempre después demostrar al Consell de Mallorca que la infraestructura era de interés general para la comunidad. Ahora este requisito desaparece y podrán instalar una industria agroalimentaria con una licencia municipal y un informe de la conselleria de agricultura. Se consideran industrias agroalimentarias las que se dedican a transformar productos del campo como carne, cereales, leche o frutas y verduras.

Agroocio

Organización de excursiones y pequeños campings

Otra de las figuras que proyecta la nueva Ley es el llamado "Agroocio". Consiste en que las explotaciones agrarias preferentes puedan organizar excursiones, rutas de senderismo, o en bicicleta por la zona. Además, les permite acondicionar un pequeño camping, ya que autoriza a la pernoctación en tiendas de campaña a 10 personas durante dos días.

Además de todo ello, se permitirán actividades ecuestres en las explotaciones agrícolas. Modalidades muy preciadas por los turistas. Es el caso del alojamiento y el manejo de caballos; la creación, la utilización y la explotación de rutas y senderos ecuestres; el uso de equinos en utilidades medioambientales y terapéuticas; la equitación y otras modalidades y deportes hípicos, como el trote, la doma, el salto, el polo, y cualquier otra actividad similar que tenga relación con los caballos.

Agrocultura

Centros de cultura y museos del patrimonio etnológico y agrario

La cultura agraria es otra de las posibilidades de negocio que tendrán los agricultores isleños con la nueva Ley Agraria aprobada el pasado martes por el Govern. Permitirá a las fincas agrícolas instalar infraestructuras y organizar actividades complementarias relacionadas con la divulgación, el conocimiento y el ocio de la cultura etnológica y rural de las islas. En base a este planteamiento se podrán crear pequeños centros culturales destinados a la explotación turística de cellers de vino, almazaras de aceite o la cultura tradicional del cerdo, el queso, la caza o los caballos. También se podrán montar museos etnológicos, rutas culturales y organizar degustaciones de productos y platos autóctonos en las fincas.

Sin interés general

Deja sin competencia para decidir a los consells insulars

Las instalaciones agrarias o ganaderas calificadas de preferentes, las que la actividad principal sea agrícola, podrán montar todas estas infraestructuras de carácter turístico, comercial e industrial sin necesidad de pasar por los consells insulars, como era perceptivo hasta el momento. Los consells permitían estas instalaciones en base a unos criterios de interés general y parámetros urbanísticos en suelo rústico. Ahora bastará que la explotación agraria esté inscrita en un registro de la conselleria Agricultura y contar con una licencia municipal para iniciar la actividad comercial y turística en pleno campo.