­El valor de los siete hoteles del empresario José María Ruiz-Mateos asciende a algo más de 86 millones de euros. Los concursos de acreedores que pesan sobre los establecimientos distribuidos entre Mallorca y Menorca enfilan su recta final. El plan de liquidación de las empresas explotadoras y propietarias, once en total, ya está cerrado.

La venta de los hoteles se producirá a principios de 2013, una vez que el juez de lo mercantil Víctor Fernández dé el visto bueno al plan de liquidación elaborado por el equipo de administradores concursales integrado por los abogados Fernando Morell y Olga Forner y los economistas Pedro Mir, Juan Sitjar y Pedro Martín.

Aunque se trata de un proceso muy complejo, la administración ha conseguido el principal objetivo: salvar los puestos de trabajo, unas 400 personas entre fijos y eventuales. Los siete hoteles en su conjunto han cerrado la temporada turística con un nivel aceptable de rentabilidad y ocupación. Esta circunstancia invita a pensar que, si se venden a precio de mercado (86 millones), se saldarán las deudas con los acreedores.

La tasación de los siete establecimientos es la siguiente: Beverly Playa (Peguera), 34 millones; Sarah (Can Picafort), 4,7 millones; Santa Fe (Santa Margalida), 5,2 millones; Clumba (Can Picafort), 9,9 millones; Eurocalas (Calas de Mallorca), 12,7 millones; Samoa (Calas de Mallorca), 7,5 millones; y Sea Club (Menorca), 11,7 millones.

Puja

Empresas y fondos de inversión han mostrado interés por los establecimientos baleares del dueño de Nueva Rumasa y que, iniciado el concurso, fueron adquiridos por el polémico liquidador Ángel de Cabo, el mismo intermediario que compró el grupo Marsans al expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. Al igual que ocurrió con Marsans, los hoteles todavía pueden estar integrados en el patrimonio de Ruiz-Mateos mediante la trama orquestada por De Cabo, quien se encuentra en la cárcel al igual que Gerardo Díaz Ferrán.

Los hoteles de Ruiz-Mateos en Mallorca y Menorca cargan con una deuda pareja a su tasación. En el caso de la estrella de la corona, el Beverly Playa, acumula unos compromisos de 34 millones.

La historia de estos alojamientos se torció con el renacer del empresario jerezano a principios de la pasada década. Por el hotel Eurocalas -unas 800 plazas-, los Ruiz-Mateos se comprometieron a abonar 23,6 millones al empresario Francisco Miralles, quien reclama 13,9 millones de deuda. Los hoteleros Rado traspasaron el Beverly de Peguera, de más 440 habitaciones, y denuncian una estafa de 7,3 millones de euros. Los hermanos Hoz vendieron el Samoa por 21 millones y exigen doce. La cadena Stil, que se deshizo de tres hoteles, también recurrió a los tribunales.

Los pagos acordados no se cumplieron pese a la buena marcha de los establecimientos en temporada alta. Al tiempo que incumplía sus compromisos, los Ruiz-Mateos se embarcaron en la hipoteca de los bienes.