Habla seguro. Conciso y sin titubeos, como si no estuviese en medio de la tormenta perfecta. Pero lo está. Y lo sabe, como sabe que es el responsable de capitanear la nave y llevarla a buen puerto. Quizá por ello luce temple y apela a los datos y los hechos, la única ruta para huir del pánico que generan estos días de rumores, suposiciones, predicciones apresuradas y temores fundados e infundados. Alberto del Cid (La Seu d´Urgell, 1967), director general financiero de Banca March, no niega los riesgos, pero asegura que saldremos vivos del temporal más endiablado que ha vivido la economía desde la Segunda Guerra Mundial. Y algo valdrá la opinión del responsable financiero del banco más solvente de Europa, según los test de estrés.

—Dice el Premio Nobel de Economía Paul Krugman que si los políticos europeos no toman medidas, el euro puede caer "en cuestión de días". ¿Salimos corriendo?

—Hace falta tranquilidad. Estos días hay muchos nervios y mucha volatilidad en los mercados, pero también hay muchas visiones innecesariamente apocalípticas...

—¿Pero la situación es tan extrema como plantean Krugman y otros muchos?

—Los escenarios posibles son muchos y variados. Nosotros trabajamos sobre varios, pero el que creemos más probable apunta a que es muy poco probable que se produzca la quiebra de Grecia y, además, consideramos casi improbable del todo que en caso de quiebra de Grecia, ésta no sea dirigida de forma ordenada.

—Entonces dentro de un mes seguiremos teniendo euros...

—No preveemos la desintegración del euro y de la eurozona. Tampoco creemos que Grecia salga de la Unión Europea. Esa opción no está prevista en los tratados de la Unión Europea...

—Tampoco está previsto lo contrario. No está contemplado que un país deje la Unión, pero tampoco está prohibido.

—Cierto, pero la magnitud de lo que ocurriría si Grecia saliese de la Unión es tal que lo hace improbable. Los costes de su salida son mayores que los de un rescate, por costoso que sea. La deuda de Grecia está en euros. Si salen, dejan el euro, recuperan el dracma y devalúan su moneda, el valor de su deuda se les dispara... Así que la salida de Grecia y la descomposición del euro tienen para nosotros una probabilidad ínfima.

—¿Entonces a qué se deben tantos mensajes de que estamos al borde del abismo, y metáforas catastrofistas similares?

—Pues porque realmente estamos al borde del abismo, pero nosotros, analizando en profundidad la situación, pensamos que no vamos a caer.

—¿Qué hay que hacer para no caer? Porque hasta Obama mete prisa a nuestros políticos europeos para que actúen de una vez y dejen de limitarse a decir que hay que actuar.

—Claramente la actuación política en esta crisis deja bastante que desear. Pero no solo en Europa: en Estados Unidos se habló de suspensión de pagos este verano por la batalla entre republicanos y demócratas por el techo de deuda. La clave en Europa es qué falta por hacer. Hay medidas rápidas de adoptar y otras de efecto lento y largo recorrido.En España es fundamental la reducción del gasto público, que de momento es insuficiente: se ha reducido la inversión, sí, pero apenas se ha tocado el gasto corriente. Y es importantísimo hacerlo. Hay que reducir solapamiento administrativo absurdo, con departamentos replicados en varias instituciones para ejercer idénticas competencia...

—Sí, pero si en algo coinciden economistas de toda tendencia es que la austeridad retrasará la reactivación económica. Y sin reactivación , las cuentas públicas, lastradas por falta de ingresos, no se recuperan...

—Sí, pero es imprescindible reducir el déficit público. Tenemos dos vías: reducir gasto y aumentar ingresos. Bien, además de reducir el gasto, es preciso aumentar la recaudación, pero no por la vía de crear nuevos impuestos o subir los que ya hay: la mejor opción es atacar la economía sumergida. Es al menos el 20% de la economía y no está pagando impuestos... Y eso combinarlo con reducción de gasto público. Reducir gasto público no favorece el crecimiento, cierto, pero hay otras dos vías en las que trabajar: activar la contratación flexibilizando el mercado de trabajo e ir a un cambio de modelo que elimine la dependencia excesiva de un sector, antes era la construcción y ahora es el turismo.

—Se habla de la creación del eurobono casi como la panacea que acabaría con las presiones sobre la deuda de países como España. ¿Lo es?

—Es muy importante, sin duda. El eurobono es una ayuda clave para los países periféricos, pero eso solo es posible que salga adelante si los países periféricos renunciamos a parte de la soberanía. Dejaremos de mandar sobre nuestra política económica, pero estaremos seguros, seremos creíbles. Piense que los mayores afectados por la quiebra de Grecia son bancos alemanes y franceses. La banca alemana tiene el 50% de su capital invertido en bonos de Grecia, Portugal, España e Irlanda. Son los primeros interesados en que esos países funcionen.

—Pongamos que se hace todo eso. ¿Cuándo volverán a crear empleo Balears y España?

—Aún faltaría la integración fiscal de Europa. De poco sirve la integración monetaria sin integración fiscal. Por todo ello preveemos un escenario de poco crecimiento, y por tanto, de poco crecimiento del empleo durante cinco años por lo menos.

—¡¿Cinco años más de paro altísimo?!

—Estamos donde estamos porque fuimos demasiado rápido, porque vivimos como muy ricos cuando no lo éramos tanto. Y ahora tenemos que vivir unos años como pobres para compensar esos excesos de cuando vivimos como ricos.

—¿También nos tiraremos cinco años en Balears sin crear empleo? Lo pregunto por esa dependencia que tenemos de economías menos tocadas, como la alemana y la británica.

—Baleares, igual que en las fases expansivas de la economía lo hizo peor, pues en esta fase lo va a hacer mejor. Está claro que la dependencia del turismo del Reino Unido y Alemania, que no están sufriendo como los países periféricos de la Unión, nos va a ayudar. También contribuirá que parece que nuestros competidores como destino turístico van a seguir sin ir bien. Y además, el sector inmobiliario balear no tiene el mismo exceso de oferta inmobiliaria que el resto de España. Es decir, claramente creceremos por encima de lo que lo haga España. Pero ojo, eso quiere decir que si España va a crecer al 0,5% o al 1%, Balears lo va a hacer a porcentajes mayores pero igualmente insuficientes, medio punto o un punto por encima, al 1,5% o al 2%, tasas que no son suficientes para generar empleos. Por eso es tan importante flexibilizar el mercado laboral.