Google, Google y más Google. Google es la primera y principal fuente a la que acuden nueve de cada diez universitarios para conseguir documentación para sus trabajos de clase. Los buscadores más precisos, los específicos del mundo académico y otros recursos recomendados como bases de datos y catálogos de biblioteca quedan al margen para buena parte de los alumnos de la Universitat.

Según un estudio elaborado por el grupo de investigación de la Universitat Educació i Ciutadania, el problema es que los universitarios acuden a buscadores generalistas (en la mitad de los casos sin saber qué conceptos clave deben buscar exactamente) y después tienen problemas para elegir con capacidad crítica los documentos más fiables. Así por ejemplo el 17,1% de los encuestados afirma que no utiliza ningún indicador para evaluar la fiabilidad de la información obtenida por internet. Además, más de una cuarta parte de los alumnos se conforma con los tres, cuatro o cinco primeros documentos que le facilita el buscador y no va más allá.

Las bases de datos no son muy populares y sólo las utiliza poco más de la mitad del alumnado, mientras que el catálogo de la biblioteca de la UIB es el gran desconocido para el 77% de los alumnos, que admiten que no los utilizan nunca o sólo "a veces".

Según parece los chicos tienen dificultades con los recursos bibliotecarios. Para empezar: un 33% de los universitarios sólo ha pisado la biblioteca entre una y cinco veces en un curso. El 20% directamente afirma que "no utiliza" la biblioteca para buscar información. Ante estas cifras, parece lógico que sólo un 50% de los encuestados sea capaz de identificar correctamente la referencia de un libro. Es por ello que en el prólogo de esta investigación editada por la Fundació IBIT, el director del servicio de bibliotecas de la UIB, Miquel Pastor, apuesta por introducir una asignatura troncal en las nuevas titulaciones para dar competencias digitales a los titulados y evitar que sean "analfabetos informacionales".

Las titulaciones de Trabajo Social, Educación Social y Pedagogía ya incluyen una asignatura donde los profesores dan pautas para elaborar correctamente los trabajos, algo que no tienen muy claro cuando llegan a los estudios superiores (por ejemplo, una cuarta parte de los universitarios no planifican cómo hacerse). Entre otras cosas, se les explica cuál es la manera adecuada de citar para evitar los casos de ciberplagio ´involuntario´ (por desconocimiento). Y es que siete de cada diez alumnos admite haber copiado fragmentos o textos enteros de internet sin citar la fuente.