Ya no hay duda. Matas comparecerá el próximo martes ante el juez dispuesto a enfrentarse a los nueve delitos que le imputan.

El ex president llegó ayer, alrededor de las once de la mañana, a España. Aterrizó en Barajas en un vuelo directo que había despegado del aeropuerto J.F. Kennedy, en Nueva York. Tiene previsto viajar, o bien hoy o mañana, hacia Palma. Lo cierto es que el lunes dormirá en Mallorca, aunque no se sabe dónde, y al día siguiente, a las nueve de la mañana, acudirá a la cita que tiene con el juez José Castro. Ese día le acompañarán su esposa, Maite Areal, su cuñado Fernando y el ex conseller de su gobierno, Bartomeu Reus.

El que fuera ministro de Medio Ambiente en el gobierno de Aznar llegó solo al aeropuerto de Barajas. Vestía con unos elegantes pantalones azules, camisa clara, corbata y un jersey de color crema. No llevaba chaqueta. Su rostro reflejaba que estaba cansado tras pasar más de siete horas en el avión.

A Jaume Matas no le esperaba nadie en el aeropuerto, salvo los fotógrafos que pretendían tomar imágenes de su llegada a España. Apenas llevaba equipaje. Arrastraba una pequeña maleta y sobre ella dos maletines, uno de ellos de ordenador. Guardó silencio ante todas las preguntas que le formularon y se limitó a comentar que se encontraba bien.

Nada más traspasar la puerta de salida de la terminal, Matas utilizó su teléfono móvil. Avisó a su familia que ya había llegado. Tras unos segundos de espera tomó un taxi y se marchó. Le ordenó al conductor que se dirigiera hacia la vivienda de la calle San Ramón de la Cruz, la misma en la que viven sus hijos y que está a nombre de Bartomeu Reus, pero que el juez sospecha que el verdadero propietario es el ex president del Govern.

Una vez ya en el piso se reunió con Maite Areal, su esposa, y sus tres hijos, que viven y estudian en la capital. Su mujer no viajó con él. Llegó hace más de una semana y durante los últimos días ha permanecido en la vivienda del madrileño barrio de Salamanca. Casi no ha salido. Personas de su entorno han señalado que se adelantó a su marido para traer a España la mayor parte de las pertenencias personales que ella y su esposo tenían en su lujoso apartamento de Nueva York, porque dudan de que el juez les autorice a regresar a Estados Unidos. De hecho, temen que se les retire el pasaporte, o incluso se adopten medidas cautelares mucho más graves.

Poco tiempo estuvo Matas en el piso de Madrid. Alrededor de las doce de la mañana salió del edificio. Saludó al conserje de la portería y se dirigió hacia la calle Goya, que está situada a una distancia aproximada de unos 500 metros. Se detuvo frente al edificio situado en el número 127. Se trata del despacho de su abogado Manuel Ollé, el especialista en asuntos de derechos humanos que hace unos meses fue contratado para hacerse cargo de su defensa. Su otro abogado, Rafael Perera, también le esperaba en el despacho de su colega.

Mientras caminaba en dirección hacia el despacho, Matas iba cabizbajo, molesto con la presencia de los periodistas. Se le notaba que tenía cierta prisa, porque había quedado citado con sus abogados e iba a dedicar toda la jornada a preparar su defensa, que se plantea muy complicada.

A Matas no se le vio salir del despacho durante todo el día. Ni siquiera salió para ir a almorzar y decidió continuar trabajando para perfilar la línea argumental de su defensa.

Sobre las cuatro de la tarde se sumó a la reunión en el despacho del abogado Maite Areal, la esposa del ex ministro. Tampoco quiso hablar. Ella también está citada el próximo martes por el juez Castro.

La mujer ya no abandonó el despacho hasta bien entrada la noche. Ella sabe que tendrá que dar muchas explicaciones, como por ejemplo de dónde obtuvo el dinero con el que pagaba al contado las caras compras que realizaba. En fuentes jurídicas se baraja la posibilidad de que la mujer se acoja a su derecho a no declarar y que sea su marido quien explique al juez cuáles fueron sus decisiones sobre el velódromo del Palma Arena y de dónde nace la procedencia de su millonario patrimonio inmobiliario.

Ya bien entrada la noche el matrimonio Matas abandonó el despacho. Inicialmente estaba previsto que hoy vuelvan a mantener una segunda reunión con los abogados porque hay muchos temas a tratar.